Pfizer intentó comercializar dosis distintas a las utilizadas en los ensayos clínicos

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La información surge luego de la filtración de correos entre los fabricantes de la vacuna de Pfizer-BioNTech y la Agencia de Europea de Medicamentos. El ARN, elemento crucial del antídoto para generar la inmunidad, era menor al utilizado en los pruebas clínicas. El inicio de la vacunación contra el coronavirus alrededor del mundo sigue envuelto en polémicas. En las últimas horas, el medio francés Le Monde publicó una serie de documentos correspondientes a correos electrónicos entre los fabricantes de la vacuna de Pfizer-BioNTech y la Agencia de Europea de Medicamentos (EMA) a los que tuvo acceso luego de que la compañía sufriera un ciberataque con el objetivo de robar dicha información.

En los mails, según consigna el medio galo, se vislumbra la presión a la que fue sometida la EMA para que aprobara la utilización de emergencia de la vacuna aun cuando persistían ciertas irregularidades y, precisamente, los problemas de calidad que tenía el antídoto y que no fue alertado por la empresa.

Al respecto de esto, en noviembre, la agencia europea formuló tres “objeciones importantes” a esta vacuna: algunos sitios de fabricación aún no habían sido inspeccionados; aún faltaban datos sobre lotes comerciales de vacunas; y lo que es más importante, los datos disponibles revelaron diferencias cualitativas entre los lotes comerciales y los utilizados durante los ensayos clínicos.

La EMA exigía un cambio en la composición del antídoto para pasarla de un estado clínico a uno comercial: “Los fabricantes tuvieron que cambiar sus procesos de fabricación, también invirtieron en nuevas líneas de producción y fábricas. Estas modificaciones podrían explicar las diferencias en la composición exacta de las vacunas, en particular una disminución en el grado de integridad del ARN”, asegura el mismo medio. Este elemento es crucial en la composición de la vacuna ya que permite fabricar la proteína Spike del virus y a su vez ayuda a que el sistema inmune reconozca el patógeno y lo neutralice.

Las vacunas utilizadas durante los ensayos clínicos tenían entre un 69% y un 81% de ARN “intacto”, la secuencia completa para producir la proteína Spike. Por el contrario, los datos sobre los lotes producidos en estas nuevas líneas de producción revelaron porcentajes más bajos, 59% en promedio. Algunos lotes incluso bajaron al 51% y 52%.

Entre los expertos surgió la pregunta acerca de si este nivel más bajo de ARN no solo podría afectar la efectividad de la vacunación sino también su seguridad, porque quien dice que menos ARN se integra, dice más impurezas. “Estos ARN truncados, obviamente, ya no pueden traducirse en proteína Spike. Sin embargo, los datos proporcionados por el fabricante a la EMA indican que con un nivel de ARN completo del 62%, la proteína todavía se produce en cantidades comparables” aseguraron a Le Monde.

El 26 de noviembre, BioNTech y Pfizer tuvieron la oportunidad de responder a las objeciones de EMA: proponen elevar la tasa mínima de integridad del ARN al 60% en las primeras etapas de fabricación para evitar caer por debajo del 50% en el producto final, que parece ser el criterio de aceptación en todos documentos consultados. En su presentación, los fabricantes de esta vacuna, conocida como Comirnaty, aseguran que estas diferencias en la cantidad de ARN “no deberían afectar” ni a la efectividad ni a la seguridad de su producto. Algunos de estos lotes se han utilizado en ensayos clínicos.

Pese a la propuesta, la EMA aun no parecía convencida ya que se encontraba lejos de las vacunas utilizadas en los pruebas. Sin embargo, en uno de los últimos informes disponibles, Le Monde se entera de que un ajuste en los procesos de fabricación permite recuperar niveles de integridad en torno al 75%, comparables a los lotes en ensayos clínicos.

Las fechas coinciden con un informe elaborado por el medio estadouindense The Wall Street Journal donde alegan que el fabricante experimenta problemas en la producción del antídoto: “Algunos de los primeros lotes de materias primas no cumplieron con los estándares. Solucionamos el problema, pero nos quedamos sin tiempo para responder a los envíos previstos para este año ”, explica una persona directamente involucrada en el desarrollo de la vacuna Pfizer” al medio europeo.

Consultada por el conflicto respecto a la composición de la vacuna, la EMA confirmó que este problema de calidad se resolvió posteriormente: “La empresa pudo resolver estos problemas y proporcionar la información y los datos necesarios para que la EMA avance hacia una aprobación esta vacuna”. La agencia también asegura que las especificaciones actuales sobre el nivel de ARN “se consideran científicamente justificadas y aceptables

La vacuna Pfizer-BioNTech fue finalmente aprobada el 21 de diciembre, tres y dos semanas después que el Reino Unido y Estados Unidos respectivamente. Desde la EMA aseguran que debieron tomarse el tiempo para solucionar el problema de calidad lo que atrasó el inicio del calendario vacunatorio.