La medida que se implementó en el país vecino de inmedito generó repercusión en la sociedad.

El Gobierno brasilero desató la polémica tras haber anunciado el jueves que está barajando la posibilidad de imponer nuevos impuestos sobre aquellos productos que puedan ser perjudiciales para la salud, como el alcohol, el tabaco o los productos azucarados, reagrupandolos en una misma categoría denominada el “impuesto del pecado”.

Paulo Guedes, ministro de Economía, explicó al respecto que los “impuestos del pecado” tienen como objetivo principal hacer pagas más tasas a aquellas personas que por sus malos hábitos alimentarios y de estilo de vida, serían más propensas a utilizar los servicios de salud.

“Si un tipo que fuma mucho contrae un cáncer de pulmón o tuberculosis, va a tener que gastar con el tratamiento y entrar en el sistema de salud. Se coloca un impuesto sobre el tabaco y ya vemos si las personas fuman menos”, justificó así la medida Guedes durante su exposición en el Foro Económico Mundial de Davos.

La idea del Ministerio económico es aprovechar la situación para llevar a cabo una de las metas de su reforma tributaria, que se basa en simplificar y reducir el número de clasificaciones, excepciones y reglas en materia fiscal.

Sin embargo, el Gobierno ya decidió que no elaborará su propia reforma tributaria, pero sí enviaría diversas sugerencias a los proyectos que se tratan en el Congreso y en el Senado, de acuerdo a lo que ha puntualizado el diario Folha de Sao Paulo.

En ese sentido, las dos propuestas que están siendo estudiadas actualmente en ambas Cámaras ya cuentan con un impuesto específico para desalentar el consumo de algunos productos, entre los que también se encontrarían las armas.

f:Mitre