Qué factores influyen en que una dieta funcione en unas personas y en otras no

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Cuatro aspectos a abarcar a la hora de proponerse un plan alimentario

A la hora de pretender bajar de peso, la mayoría de dietas funcionan solo en algunas personas. En cambio, para otras, los resultados no son los esperados. El mayor problema está en el mantenimiento del peso perdido a lo largo del tiempo.

Aproximadamente, un 95 % de los que siguen una dieta de pérdida de peso recupera los kilos al cabo de un tiempo. Algunos, incluso, acaban pesando más que antes de empezar.

Aunque la alimentación y el ejercicio físico son dos de los pilares donde debe sustentarse el tratamiento, parece ser que de momento no se ha encontrado la mejor fórmula. También existen muchos más aspectos que entran en juego.

No se pueden buscar dietas que funcionan para todos. Algunas hacen avanzar a ciertos pacientes y pierden peso, pero en otros casos son perjudiciales y no les ayudan a avanzar. Incluso, en muchos casos puede  ser necesario ir ajustándola a lo largo del proceso, ya que lo que funciona al inicio puede dejar de hacerlo al cabo de unas semanas o unos meses. La clave es encontrar la que funciona en cada persona.

Existen factores variados que debemos tener en cuenta cuando abordamos una dieta para perder peso. Algunos se pueden controlar y cambiar más que otros sobre los cuales tenemos poco control. Estos son los aspectos que pueden convertir los planes dietéticos  en dietas que funcionan.

1. La alimentación

Los alimentos son la fuente principal de energía del cuerpo. También de nutrientes y otros componentes muy importantes para la salud. Por este motivo, los hábitos alimentarios serán una de las claves del éxito de una dieta.

Lo ideal es que el plan alimentario se adapte a cada persona: a sus horarios, preferencias alimentarias y sensaciones de hambre. Cuanto más satisfechos estemos con la dieta más tiempo podremos seguirla.

2. El metabolismo 

Un metabolismo acelerado quemará más energía y favorecerá la pérdida de peso y de grasa corporal. Mantenerlo activo es clave para el éxito de una dieta. No es tarea fácil, ya que en parte viene determinado por nuestra genética.

Algunas prácticas que pueden favorecer un aumento del metabolismo son:

– Hacer ejercicio físico. También son importantes los ejercicios de fuerza ya que un mayor porcentaje de masa muscular es más activo a nivel metabólico que la masa grasa.

– Mantenerse activo durante el día.

– Comer suficiente. y comer suficiente proteína y en cada comida.

3. La flora intestinal

En nuestro intestino viven más de 100 millones de bacterias intestinales. La flora intestinal de cada persona tiene una composición única y viene determinada por la dieta, el entorno y el estilo de vida.

Según investigaciones, mantener en  buen estado la flora intestinal mejora el sistema inmune o algunos problemas intestinales. También se relaciona con la obesidad y el mantenimiento del peso corporal.

Quienes sufren obesidad suelen tener una composición bacteriana más pobre y con predominio de bacterias ahorradoras de energía, lo que se traduce en acumulación de grasa en el cuerpo.

4. Las hormonas

En nuestro organismo se producen un gran número de hormonas que regulan aspectos como el sueño, el hambre, la reproducción o el metabolismo. La forma en que el cuerpo aprovecha o libera energía está regulada por las hormonas.

Algunas de las que desempeñan un papel en el control del peso corporal son: la leptina, la grelina, la insulina, el glucagón o el cortisol. Comprender cómo funcionan y qué aspectos regulan su expresión abre las puertas a nuevos abordajes sobre la obesidad.

La dieta, el sueño o el ejercicio físico influyen en  las respuestas hormonales de nuestro cuerpo. Por ello, nos permiten: tener la capacidad de sentirnos saciados, evitar la acumulación de grasa en los adipocitos. y regular la ingesta de alimentos.

Por todo esto, el mejor consejo para favorecer el éxito de las dietas es asesorarse por especialistas y seguir un un plan individualizado.

Fuente: Mejor con salud