Boca crece partido a partido, mientras River busca un nuevo punto de equilibrio.

Martín Demichelis pide calma. Insistió con esa premisa de “no-perder-la-cabeza” después de los penales contra Inter de Porto Alegre, y el domingo, otra vez, durante la rueda de prensa en la cancha de Argentinos Juniors. ¿Qué perdió, entonces, el campeón del fútbol argentino? ¿Cómo se explica la presunción de vulnerabilidad que se impone cuando sale del Monumental? ¿Es cierto que falla ante rivales pesados o en los duelos determinantes?

Allá lejana en el tiempo, la goleada 5-1 que River sufrió ante Fluminense abrió un debate que sigue vigente. Es cierto que el Millonario del fútbol argentino, literalmente, fue un gran campeón, “el campeón de las formas”. Eso fue tan notorio como su punto débil: la administración de los tiempos que le valió derrotas contra Talleres de Córdoba, una por Copa Argentina, o la revancha frente al Inter en Porto Alegre, que lo sacó de la Copa Libertadores.

River ganó un solo partido en condición de visitante de los últimos doce que disputó. Eso es un síntoma. Es una tendencia. Y la estadística es consecuencia de esto que Martín Demichelis no logra resolver: cómo enfrentar a oponentes que lo presionan, que lo enfrentan de igual a igual, que corren como corren los suyos. El palo y palo, aún con un plantel muy nutrido, aparentemente, no le conviene.

¿Esto obliga al campeón a transar sus ideas? De ninguna manera. Porque el aprendizaje es parte del camino. Pero… Lo que no se puede permitir Demichelis es tropezar otra vez con la misma piedra. Él tiene autoridad y espalda para poner y sacar, sin condicionamientos, sin el lastre del nombre propio. Solo se trata de administrar tiempos y recursos. Ese el desafío que se le viene. No le conviene, evidentemente, hacer todo a la misma velocidad.

Jorge Almirón, por su parte, está transitando el camino inverso. Incluso, es un DT en la Bombonera, y otro cuando va de visita. Pero es el mismo. Y su plan partido a partido llevó a Boca hasta un escenario positivo: cuartos de final de Copa Libertadores, octavos de final de Copa Argentina, comienzo triunfal en la Copa de la Liga y puesto de Libertadores 2024 en la acumulada.

Boca dio un salto de calidad, fundamentalmente en cuanto a los nombres propios. Y esa virtud también es una presión extra para el DT xeneize. Ante Platense, Almirón apostó a ganador con una formación ultraofensiva. Y los tres goles de su equipo fueron la síntesis del recurso con el que cuenta tras este mercado de pases.

A Boca se la avecina la serie frente a Racing, un rival de fuste con bajas, con un ADN similar. ¿Con quiénes en la ida? ¿Y en la vuelta? Partido a partido. Así está jugando Almirón, tal como él dijo, en el “mejor momento” de su vida. Llegó la hora de la verdad.