jueves, mayo 2

Se vende presidente vencido

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Nota extraída de La Nación por Graciela Guadalupe

“Voy a recomponer los haberes de los jubilados” (De Alberto Fernández, al asumir la presidencia)

Lunes al mediodía. Como buena parte del electorado que el domingo se pronunció en las urnas, la impresora dijo basta. Se quedó sin tinta.

¿Tenés cartucho HP 904 negro original para modelo 6970?, se le consultó al vendedor mediante la app habitual.

“Buen día: te puedo ofrecer 904 negro original vencido en diciembre de 2019. ¡Funcionan perfecto! 32.000 pesos”, respondió el proveedor. Hermoso el ofrecimiento. No sé si me impactó más el precio de lo que a la fecha ya debería ser un desecho o la desfachatez de intentar venderme un producto caducado hace cuatro años.

Triste la vida del argentino promedio. Pensar que en la semana que pasó me deshice de una lata de arvejas que había vencido a principios de julio. Hubiera funcionado como parte del almuerzo o, eventualmente, de la cena, pero, al igual que el cartucho, nadie se habría hecho responsable de las consecuencias. Gástricas en el primero de los casos; laborales, en el segundo, si la tinta se negaba a fluir.

Vale detenerse en una coincidencia: el cartuchito, tan pequeñito y tan caro, venció el mismo mes en que Alberto asumió la presidencia. Es decir, durante casi cuatro años, no fue útil para lo que había sido creado. Como la gestión de Alberto.

Baste con un somero resumen de las promesas presidenciales de aquel lejano 2019: terminar con el hambre, recomponer los haberes de los jubilados y los salarios de los trabajadores, crear un consejo para que la inseguridad deje de ser el problema de un gobierno, tener un dólar competitivo para producir y exportar, acumular reservas, volver a generar consumo para que la economía vuelva a funcionar y “ni cepo ni especulación, sino una regulación que ponga límites a los capitales especulativos”.

Se lo juro, querido lector. Dijo todo eso. Googléelo y verá que no le miento. También hacia fines de 2019 había dicho que veía muy bien un dólar a 60 pesos (equivalía a $46 en mayo de aquel año).

Lo rescatable de Alberto –siempre hay algo para rescatar– es que, previendo la inminente fecha de caducidad de su gobierno, ahora se muestra poco. Se la pasa viajando con escasísima repercusión pública y casi nula acción política. Por suerte, nos dejó a Massa, quien se postula para arreglar todo el zafarrancho después de un año de ejercer como ministro durante el que ha hecho avances acelerados… mayormente hacia el precipicio.Graciela Guadalupe