La situación de la medicina prepaga lejos de ser un «seguro de salud» se convirtió en los últimos meses en una nueva fuente de estrés para los socios
La situación de la medicina prepaga lejos de ser un «seguro de salud» y «alivio para los socios» se convirtió en los últimos meses en una nueva fuente de estrés por los cambios en las condiciones de los contratos, la suba de las cuotas y la ampliación del cobro de copagos para consultas, estudios, o prácticas medias.
El deterioro del sistema comenzó en la pandemia y se agudizó en los últimos meses del gobierno de Alberto Fernández cuando ante los bajos aranceles que cobraban médicos y prestadores aparecieron los copagos como condición para acceder a los diferentes servicios.
La situación se agudizó con la asunción del Gobierno de Javier Milei y en especial con el DNU 70/2023 que desreguló el sector y permitió que las empresas disparen aumentos que alcanzaron el 80% en tres meses.
Pero pese a estefuerte incremento de los valores mensuales las prepagas ya no pueden controlar el sistema de copagos que se armó alrededor de su servicio.
Al igual que cuando comenzó este cobro paralelo, las empresas de medicina evitan pronunciarse al respecto. Son conscientes de lo que sucede pero dicen estar imposibilitadas de actuar.
«Lo único que está a nuestro alcance es reiterarle a cada socio que verifique las condiciones de su contrato y en caso que no corresponda nos diga quién y cuánto le han querido cobrar para que nosotros podamos actuar», señalaron desde una empresa de primera línea pero pidiendo anonimato.
Suben las prepagas, ¿bajan los copagos?: por qué hay que seguir pagando extras por consultas y tratamientos
Qué hacen ante estos casos
Ante la repregunta de qué es lo que hacen en estos casos la respuesta fue ambigua: «Hay casos en que si el cliente pagó y fue un exceso se le reintegra el dinero, pero no hay una regla fija. Por otro lado le pedimos al profesional o al prestador que cese con ese pedido y si no acepta lo sacamos de la cartilla».
Pero al margen de lo que puedan comentar las empresas en forma «institucional», la realidad es que la «libertad» descompaginó mucho más el sistema porque no existen ámbitos que puedan limitar el poder absoluto de las empresas de medicina.
«La situación es cada vez más complicada en la relación con los pacientes y ¿sabés quién lo paga?… La secretaría que te atiende y a cada reclamo le recriminan… ‘me cobran 400 lucas y vos me querés cobrar un copago’», señaló Carla M. gerenta de una prepaga que prefirió opinar en off por miedo a represalias.
Si bien las prepagas ajustaron los precios a sus clientes, aún ese incremento no llegó ni al valor de las consultas médicas ni tampoco al de las prestaciones.
Qué dicen los clientes
La experiencia de clientes demuestra el caos en que se convirtió la relación «socios-prepagas».
Ricardo Carabjales tiene 58 años y su padre de 85 está afiliado a Swiss Medical. La cuota mensual es de $300.000 y en cada consulta o estudio le exigen un copago de entre $4.000 o $5.000 que no puede elegir. Pedro, a su edad, está cautivo de esta situación porque no puede cambiarse de prestadora dado que no es aceptado.
La situación de la medicina prepaga lejos de ser un «seguro de salud» se convirtió en los últimos meses en una nueva fuente de estrés para los socios
Caso similar es el de Cristián Yoma, que vive en la ciudad de Mar del Plata y con un plan Osde 210 de $350.000 también debe abonar copagos en la mayoría de sus prestaciones médicas.
Pablo Nasa tiene la prestación del instituto Luis Pasteur y comentó que ante un cuadro gripal el servicio de un médico a domicilio tuvo que pagar $8.000, cuando hasta el año pasado ese servicio no tenía cargo.
Estos ejemplos demuestran que aunque las empresas nieguen esta práctica en los hechos sigue ocurriendo y no existe un patrón uniforme.
Prepagas: cada compañía hace lo que quiere
Cada compañía está haciendo lo que quiere y puertas adentro cada profesional o prestador de salud también se mueve con libertad desentendido de su relación con la prepaga.
El Gobierno desmanteló todas las áreas que existían en el ministerio de Salud o en la Secretaría de Comercio en la que los afiliados podían acercarse a formular estos reclamos. Apenas queda la secretaría de Defensa del Consumidor como canal para intentar realizar un reclamo formal por incumplimiento del contrato. Pero para ello hay que estudiar muy bien la letra del contrato de adhesión dado que pueden existir cláusulas ocultas que terminen favoreciendo a las compañías.
Por el momento, el Gobierno no tiene previsto intervenir en esta situación. En una reciente conferencia de prensa, el vocero, Manuel Adorni justificó el aumento de las prepagas señalando que «del otro lado también hay médicos, enfermeras y otras empresas» que «merecen cobrar».
En consecuencia, los usuarios no tienen más opción que iniciar reclamos en las prepagas a las que se encuentran afiliadas o ir un paso más allá y llegar a la Secretaría de Defensa del Consumidor para amortiguar el desboque en los costos de salud.
ARCA, ex AFIP: cuánto costará la cuota del Monotributo de noviembre 2024
12 noviembre, 2024