martes, septiembre 17

Un pedido de coima frustró una millonaria operación en una “golpeada” empresa estatal

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Una firma israelí intentó comprar carbón de baja calidad por 2,1 millones de dólares a Yacimientos Carboníferos Río Turbio. La intervención de dos brokers frenó todo.

Un pedido de coima frustró una millonaria operación en una “golpeada” empresa estatal
Se frustra la venta de carbón en YCRT: un pedido de coima detuvo la operación millonaria. Foto: Gentileza.

En junio la empresa israelí TEGI Limited ofreció a Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) una compra de 30.000 toneladas de carbón por un valor aproximado de 2,1 millones de dólares, lo que representaba un alivio económico para la compañía estatal, que ha sufrido pérdidas millonarias en los últimos años. Sin embargo, lo que parecía ser una oportunidad de venta, y un posterior vínculo comercial fructífero, se vio interrumpido por un pedido de coima.

TEGI había propuesto pagar cerca de 70 dólares por tonelada de carbón, una cifra inferior al precio de mercado, debido a la baja calidad del producto extraído de las minas de Río Turbio. El carbón, que ya estaba almacenado en el puerto de Punta Loyola y listo para ser exportado, iba a ser destinado a países como China o India. Aunque la empresa estatal buscaba compradores directos, la propuesta de TEGI incluía la posibilidad de un acuerdo a largo plazo para adquirir 700.000 toneladas anuales, lo que hubiera significado un contrato de más de 100 millones de dólares en dos años, revela Clarín.

La empresa israelí TEGI intentó comprar carbón de baja calidad que representaba una gran venta para el YCRT, pero se desmoronó luego de una polémica llamada. Foto: Gentileza.
La empresa israelí TEGI intentó comprar carbón de baja calidad que representaba una gran venta para el YCRT, pero se desmoronó luego de una polémica llamada. Foto: Gentileza.

No obstante, la operación se frenó de manera inesperada cuando apareció en escena un intermediario llamado Andrés Gross, quien, junto a otro broker, Alejandro Salemme, solicitó una “contribución marginal” para permitir que la compra se concretara. En una conversación telefónica que quedó grabada y al que tuvo acceso Clarín, Gross le insinuó a la empresa israelí que la operación no avanzaría sin este pago adicional. El monto de la coima se estimaba en un porcentaje del 1% al 1,5% del total de la compra, es decir, entre 20.000 y 30.000 dólares.

Ante la negativa de TEGI a realizar este pago extra, la negociación se desmoronó. Según explicaron a Clarínfuentes de YCRT, el precio ofrecido por TEGI era demasiado bajo y, además, la empresa israelí no era un comprador directo, razones por las cuales la oferta fue finalmente desestimada.

“Hace más de 6 meses que la empresa está recibiendo ofertas y al momento las propuestas que se ha recibido presentaron valores bajos, ninguna se ajusta a los estimados como convenientes, en función de los precios establecidos como mínimos por parte de la empresa y en función de los fijados por el mercado”, dijeron.

Yacimiento Carbonífero Río Turbio es una empresa estatal perteneciente al Gobierno de Argentina y productora de energía a través de su Central Termoeléctrica 14 Mineros 240 MW.
Yacimiento Carbonífero Río Turbio es una empresa estatal perteneciente al Gobierno de Argentina y productora de energía a través de su Central Termoeléctrica 14 Mineros 240 MW.

“Se priorizan las propuestas de compradores directos. Actualmente la mejor oferta recibida corresponde a la empresa Biomas Global management, aunque tampoco cumple con los precios que se fijaron para la venta”, detallaron.

Además están al tanto de la llamada: “La empresa ha tomado conocimiento de un audio que corresponde supuestamente a un representante de la empresa TEGI (empresa broker), que si bien hizo una propuesta hace unas semanas, fue desestimada por no ser comprador directo y por presentar precios muy bajos y poco convenientes para la empresa”.

LA LLAMADA

En la conversación aparecen en conferencia el representante de TEGI, Juan Agustín Yarke Ariet, a cargo de la compra en nombre de la empresa en la Argentina, Alejandro Salemme y Andrés Gross.

– ”Hoy recibí una llamada que, la verdad, no me sorprendió. No los conozco, pero me llamó el que firma la orden, el que acepta o no la compra, para preguntarme si yo estaba al tanto y le dije que obviamente que no. Yo no me manejo así en la vida ni es la manera en que hago negocios”, arranca diciendo Gross en la charla.

Cabe aclarar que Gross no es empleado de YCRT ni tiene vinculación con la empresa. Aparece como mediador en el pedido de un dinero que falta para que la transacción se concrete. Una coima.

– “Se lo dejé claro a Alejandro (por Alejandro Salemme, el otro intermediario) cómo era el contacto con ellos y a mí nadie me avisó que iban a enviar una orden, así que ya empezamos mal”, continuó Gross.

– “Andrés, ¿cómo es tu nombre completo?”, le consulta Yarke.

– “Andrés. No importa. Andrés”, responde Gross.

– “Bueno, yo me estoy presentando. Vos me pedís que tengamos transparencia. Y si vos no me decís tu nombre completo, entonces estamos empezando mal”, remarca Yarke.

– “Andrés Gross. ¿Qué cambia? No cambia nada. Andrés Gross”.

Este ultimo deja en claro que tiene el poder para detener la compra si el TEGI no amplía el presupuesto negociado. Allí se refiere a sus mandantes que le reclaman las nuevas cifras: “No están pidiendo un porcentaje totalmente elevado”, justifica.

Yarke sorprendido le advierte que está intentando mantener la calma de por lo que le está diciendo y le avisa a Gross que desde la empresa israelí hace tiempo vienen desarrollando contactos diplomáticos para realizar la compra: “A nosotros quien nos convoca (para hacer la compra de carbón) es directamente Cancillería”.

Cancillería gestionó la compra, pero aparecieron intermediarios que pidieron dinero. Foto: Gentileza.
Cancillería gestionó la compra, pero aparecieron intermediarios que pidieron dinero. Foto: Gentileza.

Esta convocatoria supondría que ni a Salemme ni a Gross le corresponden comisiones ya que su trabajo de inmediación había sido hecho por Cancilleria, interesados en promover la primera exportación de YCRT de carbón de los últimos 5 años.

Yarke agrega que el carbón de Río Turbio es inviable por sus condiciones, pero dada la “insistencia del aparato político para que compremos”, hicieron un cálculo de precio que les permitiría colocarlo internacionalmente.

– “No tenemos intenciones de comprar. Estamos respondiendo a los puentes diplomáticos que se nos están dando y por el interés que tenemos en el producto futuro. Ya tengo contacto directo con YCRT y con el Estado. No necesito que alguien me haga de intermediario para acceder al producto”.

– “En última instancia, si vos formás parte del equipo de YCRT y tenés contacto con el que firma eso, le podés decir: ‘Che, me gustaría recibir una contribución marginal por parte de la venta. Pero por parte de la compra, no”, le indica Yarke a Gross.

Luego interviene Salemme que le recuerda al ejecutivo que originalmente TEGI no sabía qué sucedería con el acuerdo porque en ese momento se hablaba de la continuidad de Diana Mondino en Cancillería. Además le asegura a Yarke la permanencia de la conducción de la empresa, lo que facilitaría la compra de carbón.

El broker tucumano cuenta que él avisó a Yarke de las “condiciones para operar” con YCRT. Y concluye garantizando que “la gente que está ahora, con la que podemos hacer negocios”, iba a seguir.

Yarke vuelve a intervenir y les recuerda que le escribió “Paula” de Cancillería para promocionar el carbón y deja entrever que la misión diplomática comercial argentina contactó a Israel para que se interesaran en el producto. Vuelve a rechazar a Gross y Salemme como intermediarios.

– ”Agustín, esperá. Te hago una pausa. Yo nunca dije que estaba en la compañía. Es una compañía estatal, y las compañías estatales no pagan comisiones de ningún tipo a nadie. Es un tema político, como bien dijiste. A mí me llama Alejandro (Salemme) y me pide la venia, el OK, del que decide para que esta operación tenga curso”, señala Gross, por su lado que agrega que para él los canales diplomáticos estaban estancados y por eso lo contactaron.

– ”Yo los pongo en contacto. Dicen que por diferentes motivos no van a avanzar y dos meses después mandan una orden de compra, de la que no me avisan. Ponete en mi lugar. A mí me llama el que decide si esto se hace o no para preguntarme si estoy al tanto o no, y le digo que no estoy al tanto”, reclama Gross.

– “¿Pero quién te llama? ¿El responsable de Ventas?”, pregunta Yarke.

– ”No, no, no, no importa, menos por teléfono, no importa quién, no importa cómo. Si yo no tuviera este poder en este negocio, no estaría al tanto de la oferta que ustedes mandaron. Yo no tengo nada que ver con la empresa. Absolutamente nada. Soy un facilitador de negocios para que este negocio suceda. Si ustedes quieren que suceda somos un equipo, vamos todos para el mismo lado. Yo puedo hacer que esto se cierre, y te lo estoy demostrando con el conocimiento de que sé de la oferta, cómo la mandaron y de cuánto”, responde Gross.

– ”Lamento que la empresa filtre información para que te llegue a vos y vengas a intervenirnos a nosotros, me parece que eso es comercialmente violento”, dice Yarke.

– ”¿Cómo violento? ¡Si ustedes me pidieron que los ponga en contacto!”, excusa Gross.

– “¡Yo no te pedí que me pusieras en contacto!”, responde Yarke.

Aquí vuelve a la escena el broker tucumano quien justifica su interrmediación como lo hizo Gross: las vías diplomáticas estaban trabadas. Yarke les dice que tiene línea directa con el YCRT por lo que no les correspondía el pago.

– “¿Por qué me llaman a mí para contarme esto, si vos tenés la posibilidad de cerrar o no el negocio? Contacto puede tener cualquier, súper directo, por medio de Cancillería o de un político, lo que fuera. Pero no con el que cierra el negocio. Cancillería en este caso es un intermediario. El que cierra el negocio es el que maneja la mina (pareciera hablar, sin mencionarlo, del interventor de YCRT, Thierry Decoud), y es el que me pone a mí en la mesa”, dice Gross.

– “Te estoy mostrando con hechos que este negocio te lo puedo cerrar. Yo no vivo de esto, gracias a Dios no me falta nada: tengo dos empresas, tengo una empresa de commodities, hago negocios y compro tierras en Estados Unidos. No dependo de esto. Pero tengo la posibilidad de cerrar este negocio, se lo dije a Alejandro y estoy para hacer negocios. Si quieren, estoy para avanzar. Pero me llama el que cierra el negocio para avisarme de esto porque nos dejaron afuera a todos, detalla Gross ante los cuestionamientos de Yarke.

– “No tengo margen para aportar más contribuciones marginales, porque estoy rematando un producto que lo estoy comprando por obligación. No es una elección mía tener que comprar un producto al actual interventor”, responde el ejecutivo.

– “Es un negocio a mediano o largo plazo, Agustín. Esto se va a estabilizar y ya vas a estar adentro por 30.000 o 60 mil toneladas por mes”, le recuerda el intermediario.

– ”Es un poco restrictivo, porque si yo tengo que aumentar los costos de esta operación no sé si me termina de calzar. Pero lo que nos llevará a estar en un cuarto intermedio es que nosotros no somos de proceder de esa forma. Me llama la atención que una empresa de envergadura y de carácter estatal divulgue información hacia una persona de reventas para que me diga ‘Che, si yo no estoy adentro del negocio, no se cierra’. No es una forma amigable”, terminó dicienco Yarke que le agrega que lo discutirá con el presidente de la compañía TEGI.

– “Fijate de qué manera inteligente podés plantearle la situación a Constantin. Si se la planteás como algo agresivo, no le estarías poniendo paños fríos a la situación, sino que la estarías complicando”, dice Salemme.

– ”Agustín, yo no te conozco, pero confío en Alejandro. Te pido… Hay información muy sensible. No deja de ser un negocio, y no están pidiendo un porcentaje totalmente elevado. Es un acuerdo de gestión. Manejá esta información con mucha cautela, pide Gross.

QUÉ DIJERON LOS INTERMEDIARIOS SOBRE LA LLAMADA

Clarín les consultó sobre esta escandalosa llamada a los intermediarios que hablaron con Juan Agustín Yarke Ariet por la compra del carbón. “Me fui de boca, es cierto. Yo no tenía ningún respaldo, pensé que Salemme lo tenía. Si realmente yo tuviera la injerencia que digo en ese audio, ya se hubiera cerrado la operación. Me fui de boca para que no me dejaran afuera, y me dejaron afuera igual. El tiempo demostró que no tenía el poder que afirmé que tenía”, explicó Andrés Gross.

Alejandro Salemme le contestó al mismo medio: “Fue infantil lo que hicimos, pero no fue nada ilegal. Mi trabajo como broker es acercar a compradores y vendedores, de manera de facilitar que se hagan los negocios”.

QUÉ DIJO THIERRY DECOUD SOBRE LA LLAMADA

El interventor de YCRT, Thierry Decoud le contestó a Clarín: “Muchas personas intermediarias querían la representación comercial o la exclusividad para comercializar el carbón, pero nosotros, como empresa del Estado nacional, no podemos pagar comisiones. No podemos contratar a un broker, sería ilegal”. Además afirmó que no tuvo contacto con ellos por lo que no se aclara quién fue el que los metió.

Thierry Decoud interventor de YCRT. Asumió bajo la gestión de Javier Milei.
Thierry Decoud interventor de YCRT. Asumió bajo la gestión de Javier Milei.

Cabe destacar que según pudo averigiar el medio citado Gross es amigo íntimo de Decoud. Ambos reconocieron que son amigos y juegan juntos al fútbol, pero negaron tener vinculación comercial.

f: Los Andes