Se dejó de publicar las estadísticas de reservas internacionales. Personas esperan durante horas la oportunidad de acceder a la preciada y escasa divisa estadounidense

El sistema cambiario que rigió en Bolivia en los últimos 15 años atraviesa un duro colapso.

El Gobierno socialista de Luis Arce está corto en gas y de repente no puede pedir prestado de los mercados de bonos a las tasas más altas.

No cuenta con los fondos necesarios para respaldar la moneda local. El boliviano se ha fijado a una tasa cercana a 7 por dólar desde los años de auge del producto básico.

Hay pocos dólares, si es que hay, en bancos comerciales o en casas de cambio o incluso en el mercado negro, donde operadores trabajan en quioscos de esquinas, a la sombra del banco central. Se dejó de publicar estadísticas oficiales en relación a las reservas desde febrero

Las arcas del Banco Central de Bolivia (BCB) están tan agotadas —el informe más reciente sitúa la cifra en USD 372 millones, suficiente para cubrir solo dos semanas de importaciones— que Arce ahora presiona a los legisladores para que anulen una ley en aras de poder vender algunas de las 43 toneladas de oro por efectivo.

Asimismo, y frente a la brutal corrida contra el peso boliviano, la autoridad monetaria anunció la suspensión de ventas de dólares a partir de este miércoles 12 de abril, la cual se reanudará el próximo 1ro de mayo bajo un nuevo sistema de fichas numeradas.

Los ahorristas bolivianos descuentan como casi un hecho que el sistema cambiario llegará a su fin, y que en ausencia de herramientas para seguir defendiendo la paridad fija en 6,97 pesos por dólar, el régimen de Luis Arce se verá obligado a convalidar una dramática devaluación que terminaría por desanclar las expectativas inflacionarias y la misma estabilidad de precios que hasta ahora se conservaba.

“Esencialmente, el país se ha quedado sin dólares”, dijo Antonio Saraiva, economista boliviano docente en Mercer University en Atlanta.

“Cuando la gente ve que muchas personas hacen fila y pasan la noche allí para mantener su puesto, todos dicen que esto no es nada bueno”.

El índice de Riesgo País se triplicó en los primeros cuatro meses de 2023 y escaló a casi 2.000 puntos básicos, cuando en enero no supera los 700 puntos. El principal componente explicativo en la suba es precisamente el riesgo de devaluación