El día que Carlotto acusó a Cerruti de “malversación de fondos” estatales

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Gabriela Cerruti renunció a su banca en la Cámara Baja porque Alberto Fernández le ofreció un cargo en el Ejecutivo, para ser vocera presidencial. Pero pocos recuerdan que la ex legisladora fue denunciada por la referente de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, por malversación de fondos estatales

Gabriela Cerruti dejará su banca en la Cámara de Diputados tras ser nombrada por Alberto Fernández para ser su vocera presidencial. De esta manera, ocupará un cargo en la Secretaría de Comunicación y Prensa de la Nación, conducida por Juan José Ross tras la polémica salida de Juan Pablo Biondi en el recambio de Gabinete.

Pero no son pocos los que recuerdan el escandaloso “trapito sucio” de la gestión de Cerruti en el Ministerio de Derechos Humanos y Sociales de la Ciudad de Buenos Aires entre 2006 y 2007. Es que la entonces conductora de esa cartera fue parte de la feroz interna porteña que terminó en la destitución de Aníbal Ibarra y la asunción de Jorge Telerman como jefe de Gobierno de la Ciudad, luego de la tragedia de Cromañón.

“Les pido a los periodistas que recuerden que Cerruti manejó como una empresa de familiar la Comisión Provincial por la Memoria (CPM). Por malversación de fondos de esta persona es que presenté mi renuncia“, dijo Estela de Carlotto en aquella oportunidad. En un documento, diversos organismos como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, HIJOS (acrónimo de Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) habían señalado en ese tiempo que “se viene obstaculizando el trabajo con respecto a la memoria y que las actuales políticas no son consecuentes con nuestros objetivos”.

La actual portavoz de Alberto había sido acusada de “mentirosa e inoperante”, por aquellas ONGs, así como también por la funcionaria que presentó su “indeclinable” pero forzada renuncia, Gabriela Patricia Alegre.

Frente a aquel escenario, la designación en el gabinete de Fernández reavivó el repudio de diversas organizaciones de derechos humanos hacia Cerruti.