Espeluznantes detalles de los rugbiers en la cárcel: qué les gritan y a quién “tienen en la mira”

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Los diez rugbiers «tienen miedo» y «lloran en sus celdas», según revelaron en el programa «Nosotros a la Mañana»

Los diez rugbiers detenidos en el penal de Dolores no fueron bien recibidos por el resto de los reclusos, que les gritan insultos al verlos pasar y los amenazan cada vez que el grupo abandona su pabellón. Según reveló la periodista Sandra Borghi, los detenidos que comparten el penal con los rugbiers “tienen en la mira” a uno del grupo.

El programa Nosotros a la Mañana reveló detalles sobre el día a día de los acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell.

“Cuando los sacan de la alcaldía tienen un mínimo pase por un sector donde el resto de los internos los pueden ver y ahí es donde los otros presos les gritan cosas. Obviamente, esto hace que tengan mucho más miedo porque están jugando con su psicología. Hoy por hoy físicamente no les pueden hacer nada y ojalá no les hagan nada pero están jugando mucho con su cabeza, por eso el miedo constante que tienen”, contó la periodista Paola Arroyo.Y aclaró que es a Máximo Thomsen a quien más amenazan y quien lidera al grupo de rugbiers dentro del penal: “Rechazan mucho a los celadores, no saben cómo relacionarse con ellos. Me dijeron ‘creen que están en el colegio’, es como si tuvieran una mirada despectiva hacia los trabajadores de la cárcel. Máximo Thomsen es el vocero de grupo, los demás poco y nada. Lo que más hacen es llorar y quedarse encerrados en la habitación”.

Máximo Thomsen, el apuntado en la cárcel y más complicado de los diez rugbiers

Y señaló que Thomsen es el principal apuntado: “Le dicen ‘vení a pegarme a mí, vení a patearme, a ver si acá también querés pelear’. Es al que más le gritan, y se ve en su lenguaje corporal cómo su cuerpo grande se va achicando. Es impactante. A Thomsen lo tienen entre ceja y ceja, lo tienen en la mira”.

Sobre el pedido de los rugbiers de tener “contención espiritual”, Borghi contó: “Dejame dudar. Puede ser una estrategia porque quieran ingresar al pabellón evangélico. Están muy asustados, esa es la realidad. No saben cómo manejarse por el miedo. Cada vez que los mueven de la alcaldía, por ejemplo, para ducharse se les nota el miedo en el cuerpo”.