jueves, septiembre 19

EVANGELIO DEL DÍA

0
121

EVANGELIO DEL DÍA🌾

Lucas 8,1-3

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc. 8, 1-3:

💫Lo acompañaban.

1) Recorrían:

En este punto me quiero detener en un tema un poco sensible: acompañan a Jesús, pero no buscan el ser vistos. Hay veces que uno busca el reconocimiento social y hasta aparecer en público, para una mirada de los demás. Es como que hoy necesito que se manifieste en público lo que sienten por mí y lo que yo hago por los demás. Es como el caso de unos novios que cuando salen a cenar el novio la presenta a la novia como “Marcela”, y no como “mi novia, Marcela” y la novia le dice “ah, me presentaste solo con mi nombre”. En el fondo se pide “dame ese lugar frente al otro”, para tener un reconocimiento y que el otro me valore. Una pregunta que te dejo es: ¿por qué tengo que hacer público lo privado? ¿El reconocimiento de quién te importa tanto? Jesús aparece en los evangelios acompañado, pero se ve cómo cuida ese vínculo con los suyos. Mantener las cosas en un marco de intimidad es una manera de proteger el vínculo. Preserva. Me gusta pensar en Jesús que hace comunidad, pero que cuida sus vínculos, vos, ¿cuidas tus vínculos?

2) Jesús comparte:

Qué lindo ver a Jesús que comparte lo que vive, pero no con todos, sino con algunos. Porque si compartes una buena noticia con alguien, y no se alegra, entonces no le cuentes más tus cosas. Más bien comparte con la gente que se alegra de que Dios te escuchó, de que Dios te bendijo. Porque la gente buena que se alegra cuando te ve bien comprende que Dios puede también ayudarlo a él o ella. Pero hay gente que cree que si Dios te ayuda a vos, no lo ayudará a él o a ella. Por eso aprende a resetear tu vida y comprender qué quiere Dios para tu vida, si no caes en renegar por cosas superfluas. Las mentes grandes hablan de ideas, las mentes mediocres, de eventos y las mentes pequeñas hablan de personas.

3) Las mujeres:

En el Evangelio nos habla de estas mujeres que acompañan a Jesús. Hoy quiero aprovechar a agradecer a todas esas mujeres que evangelizan desde la simpleza y sencillez: las que limpian el templo, las que organizan el bingo para recaudar fondos para la construcción de la parroquia, las que organizan para mandarle comida al cura que no tiene para comer y lo saben, las que llevan el Evangelio y la catequesis a rincones inesperados. Las que rezan el rosario en los velorios de personas que ni siquiera saben quiénes fueron, pero rezan por su alma. Gracias a ustedes que mantienen también a la Iglesia desde el servicio sencillo y simple. Algo bueno está por venir.