sábado, septiembre 21

Historias de “narcas”: las mujeres más violentas y poderosas que manejaron el narcotráfico en América Latina

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Permanecieron ocultas durante mucho tiempo por un mundo criminal que minimizó su rol. La TV rescató sus historias. Quiénes son las más conocidas y temibles jefas de bandas que dominan el negocio de las drogas.

En el mundo del narcotráfico las mujeres fueron vistas durante mucho tiempo como peones de un juego muy peligroso cuyas piezas las movían los hombres. Pero ese machismo que caía a los pies de personajes como Joaquín “El Chapo” Guzmán ocultaba una verdad que pocos aceptaban: las “narcas” existieron siempre y comandaron, con la misma o mayor violencia que sus pares masculinos, poderosas organizaciones de tráfico de drogas.

“Siempre hubo una tendencia de minimizar a las mujeres y sexualizarlas. Se decían cosas como ‘ella solo está ahí porque es la noviecita de tal narco’, pero nunca consideraban que esa mujer había llegado ahí por necesidad y ambición”, dijo a TN la periodista británica-maltesa Deborah Bonello, residente desde hace 20 años en México y autora del libro de investigación “Narcas”.

Algunas de estas mujeres son personajes legendarios en el mundo del narcotráfico. Digna Valle, la matriarca del Cartel del Valle, de Honduras; Marixa Lemus, “La Chapo Guzmán” de Guatemala, o Guadalupe Fernández Valencia, la “lavadora” oficial de los dineros turbios del Cartel de Sinaloa, son algunos de los nombres más conocidos.

“Las mujeres siempre han estado ahí, pero nunca han llamado la atención como sí lo han hecho los hombres. Son en su mayoría de un origen socioeconómico muy bajo y habitualmente manejan el negocio del tráfico en zonas de frontera”, afirmó Bonello.

Las “narcas” comienzan a ser visibilizadas en un submundo dominado por hombres

El proceso de visibilización de las “narcas” dio un fuerte impulso después que Netflix y otras plataformas estrenaran varias series sobres mujeres narcotraficantes, en algunos casos basados en casos reales y otros como simple ficción. La más conocida es “La Reina del Sur”, que cuenta la historia de Teresa Mendoza, un personaje que se inspira en Sandra Ávila Beltrán, conocida como La Reina del Pacífico.

Pero no es la única. Otras series causaron gran impacto como “Rosario Tijeras”, “Sin senos no hay paraíso” o “La ley secreta”.

Deborah Bonello, periodista y escritora autora de "Narcas" (Foto: Los Ángeles Times)
Deborah Bonello, periodista y escritora autora de «Narcas» (Foto: Los Ángeles Times)

“Las mujeres están en todas partes en las filas del narco, en todos los rangos del crimen organizado. Ellas lavan dinero, se dedican al transporte, están en nexos de la narcopolítica y tienen la capacidad de matar y manejar la violencia. Cuando una mujer entiende que la violencia es parte del negocio, la domina. Matan y son violentas”, dijo Bonello.

Guadalupe Fernández Valencia, la “lavadora” del Cartel de Sinaloa

Guadalupe Fernández Valencia fue la “lavadora” oficial del dinero sucio del Cartel de Sinaloa.

“Es de Michoacán. Se fue indocumentada a Estados Unidos en los 90 y se dedicó al narcomenudeo en California. La detuvieron y pasó 10 años en prisión antes de ser deportada” a México, contó la periodista y escritora.

Entonces, comenzó a vivir en Guadalajara hasta que se instaló en Sinaloa. Allí, trabajaba con su hermano Manuel Valencia con Los Chapitos, la facción del Cártel de Sinaloa liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

En esos años la suerte no la acompañó. En 2010 extraditaron a su hermano y ella intentó volver a Guadalajara para comenzar “una vida normal. Pero el Cartel le dijo que su vida estaba en peligro y le pidió que vuelva a Sinaloa y que trabajara directamente con El Chapo. Ahí se metió de lleno en el negocio del lavado”, dijo Bonello.

Guadalupe Fernández Valencia, "La Patrona" (Foto: Chicago Tribune)
Guadalupe Fernández Valencia, «La Patrona» (Foto: Chicago Tribune)

Fernández Valencia, de 60 años, se convirtió en una pieza vital en el engranaje financiero del Cartel de Sinaloa. Conocida como “La Patrona”, fue la mujer de mayor rango en la estructura criminal de la banda. Finalmente la detuvieron en Culiacán en 2016 y la extraditaron a Chicago. Fue condenada a 10 años de prisión, pero “salió de prisión hace un mes. Estuvo tres décadas con el narco”, comentó la escritora.

Digna Valle, la matriarca del Cartel de Valle

Otro de los personajes ideales de una serie de TV es Digna Valle, la jefa del Cartel del Valle, en Honduras.

Digna hizo de su pueblo, El Espíritu, en las montañas del noroeste de Honduras, su bastión narco.

En su investigación, Bonello resumió que en los años 90 “Digna gobernó El Espíritu junto con su clan como un feroz feudo familiar” hasta que toda la familia fue arrestada y extraditada en 2014 a Estados Unidos tras dos décadas de violencia. Ya fue liberada y se quedó en ese país. Si vuelve a Honduras no podrá volver.

“Doña Digna” recaudaba millones de dólares en cocaína a través de la frontera de Honduras con Guatemala. La droga venía de Colombia y ella la entregaba a sus socios del Cartel de Sinaloa. El rasgo distintivo de los Valle era la violencia: sus hermanos eran conocidos por secuestrar y violar a mujeres campesinas. Luego, se las daban a sus guaraespaldas antes de ser devueltas a sus hogares. Nadie se animaba a hacer la denuncia.

Digna Valle (Foto: BBC)
Digna Valle (Foto: BBC)

Pero Digna se hizo conocida también por financiar obras de caridad en su pueblo y hasta la construcción de la Iglesia local. Como todo jefe narco, era temida y respetada. Mandaba a matar a sus enemigos sin dudar, pero al mismo tiempo daba trabajo a la gente de su pueblo. Se cree que empleaba a 200 familias en distintos emprendimientos “legales”, como la cría de ganado o las plantaciones de maíz, frijoles y café. Así lavaba el dinero proveniente de las drogas.

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Su historia es muy conocida. La familia empezó robando ganado y un día vio en la cocaína su veta de negocios. Era una simple intermediaria entre los grandes carteles de Colombia y México. Las autoridades dijeron que la policía local se convirtió pronto en su brazo armado. Los pueblerinos aseguran que varias veces vieron pasear por sus calles al mismísimo Chapo Guzmán.

En Honduras, sospechan que sus negocios salpicaron al expresidente Orlando Hernández, detenido y extraditado a Estados Unidos por narcotráfico. Los hermanos de Digna, Luis y Arnulfo, cumplen hoy una pena de 23 años en ese país.

Marixa Lemus, La Chapo Guzmán de Guatemala

Marixa Lemus fue conocida durante mucho tiempo como “La Chapo Guzmán” de Guatemala. En Ciudad Pedro de Alvarado todos le temían. La consideraban una asesina, la dueña de la vida y la muerte de sus vecinos. Incluso, por lo bajo, la señalaban de matar a su propio marido, aunque no fue acusada de ello.

Pero además de mover el negocio de la droga con destino a México y Estados Unidos, su familia estuvo siempre muy vinculada a la política local. Muy pronto, la militancia y la competencia electoral se convirtieron en un deporte de alto riesgo: otros poderosos caudillos locales, que también movían el comercio de cocaína, competían por el poder. Así, la familia sufrió duros golpes.

En 2006 murió en un ataque a balazos su hija, Jennifer, cuando tenía 17 años. Cinco años después, cayó asesinada su hermana mayor, Mayra, cuando era candidata a alcaldesa local. En 2014 fue arrestada. La acusaron de varios secuestros y asesinatos. Entonces se la comenzó a conocer como la “reina de la fuga”.

Marixa Lemus (Foto: Prensa Libre)
Marixa Lemus (Foto: Prensa Libre)

En 2016 huyó de prisión tras saltar una pared, ayudada por otras reclusas. La detuvieron poco después y la enviaron a la prisión militar Mariscal Zavala. Pero nada la detuvo: escapó vestida de guardia. La atraparon dos semanas después en El Salvador.

En su país se la define como una de las narcotraficantes más despiadadas de Guatemala. Hoy, a los 42 años, está recluida en el área VIP del Centro de Detención Preventiva para Mujeres “Santa Teresa”. Cumple una condena a 94 años de prisión. “Mataron a toda mi gente y el Ministerio Público, aunque tiene las pruebas, no ha hecho nada”, reclamó desde su celda.