Los dilemas de la oposición frente a la llegada de Sergio Massa

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Nota extraída de TN por Sergio Berenztein

Los próximos pasos en Juntos por el Cambio dependerán, en parte, de los diagnósticos y conjeturas que se realicen respecto a la suerte o no que pueda tener el flamante ministro de Economía.

Con la designación de Sergio Massa, el armado de su equipo y los anuncios de nuevas medidas, el interés durante las dos últimas semanas estuvo puesto casi exclusivamente en lo que sucede en el oficialismo y los problemas políticos y económicos que el nuevo ministro debe atravesar. En cambio, mucho menos atención se está poniendo en los nuevos desafíos que enfrenta la oposición, que no dejan de ser complejos.

Algunos piensan que, como Massa no parece que vaya a implementar un plan de estabilización, y siendo que esto es lo que necesitaría con urgencia la economía argentina, no podrá detener el deterioro y terminará padeciendo una nueva espiralización de las crisis inflacionaria, cambiaria y financiera. Otros son más optimistas y creen que a lo sumo logrará que la situación no empeore, pero sin mejorar. Y un grupo minoritario considera que puede tener alguna chance de que le vaya bien: con una mejora considerable de los principales indicadores (inflación, brecha cambiaria, reservas). De ser así, es muy probable que Massa se convierta en el candidato más competitivo con el cuente el FDT en 2023.

Esperar y ver

Mirando estrictamente lo electoral, la oposición puede valerse una estrategia de “esperar y ver”. Si el ministro tiene éxito, JxC deberá enfrentarse a un oficialismo inevitablemente desgastado, pero a un candidato que tendrá al menos algún pergamino para mostrar (por ahora nadie en el FDT puede jactarse de esto). En cambio, si fracasa, la oposición tendrá un camino más allanado y un desafío similar al que tenía antes de que llegara Massa al ministerio de Economía, con un peronismo que no logra encontrar candidatos competitivos.

Los dilemas de la oposición frente a la llegada de Sergio Massa

Sin embargo, la estrategia de “esperar y ver” puede verse anulada si Massa, en el marco de las nuevas medidas que está lanzando, convoca a la oposición para buscar acuerdos, ya sea para las leyes que enviará al Congreso o incluso entendimientos más amplios. Como lo que predomina entre los agentes económicos es el escepticismo, para construir credibilidad y ofrecer un horizonte de mediano y largo plazo no sería de sorprender (de hecho, sería sensato) que Massa abra el juego y se perfile en tal sentido.

En este caso, JxC puede encontrarse frente a una disyuntiva compleja, ya que adoptar una posición de obstrucción dañaría su reputación de cara a la sociedad. ¿Qué hará entonces la oposición frente a un eventual escenario en el que Massa propone un acercamiento? ¿Puede dividirse JxC entre “duros” y “blandos”? ¿Y qué impacto podría tener en términos electorales? Las preguntas se acumulan.

El hecho de que sea precisamente Massa le agrega a esta escena un condimento singular. No solo es la figura ubicada más hacia el centro en el FDT, sino que además tiene vínculos políticos y personales con varios dirigentes de JxC, como Gerardo Morales, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Emilio Monzó, entre otros.

Vale la pena recordar la convención radical de Gualeguaychu en marzo de 2015: aquel día Ernesto Sanz ganó la pulseada y la UCR decidió conformar Cambiemos junto al PRO y la CC, pero había un sector, encabezado por Morales, que proponía una alianza con Massa. Por su parte, Vidal lo tuvo al tigrense de aliado durante los cuatro años que gobernó la provincia de Buenos Aires. Pero no se trata solo de vínculos políticos: Massa y Rodríguez Larreta son “amigos desde hace más de treinta años”, como aclaró en su momento el tigrense.

Otro elemento que complica aún más esta escena

El eventual lanzamiento de Juan Schiaretti como candidato, que busca desde el centro representar una voz moderada con los gobernadores como protagonistas. El cordobés busca una revancha de aquel proyecto político frustrado en 2019 entre Urtubey, Pichetto y el propio Massa. ¿Este intento puede ser también una amenaza a la cohesión de JxC? Schiaretti tiene un buen dialogo con Facundo Manes, que viene proponiendo que se sume a JxC. Esto genera rispideces dentro de la coalición opositora, especialmente con el radicalismo cordobés.

La irrupción de Schiaretti refuerza el eje de candidatos del centro, y competiría, en principio, contra Rodríguez Larreta y el propio Massa. La pregunta central es a cuál de los dos podría sacarle más votos. Interrogante imposible de contestar por ahora, pero a priori representa una amenazada para ambos.

Sin embargo, los gobernadores cordobeses tienen un antecedente desfavorable: en el año 2002, José Manuel de la Sota quedó desplazado como candidato por no poder penetrar en el enigma que representa el Gran Buenos Aires. Menem logró sortearlo pactando con Duhalde y Kirchner con Scioli, lo que demuestra que es una construcción difícil de alcanzar. ¿Schiaretti tiene su propia estrategia para penetrar en el conurbano?

Este giro de la política argentina hacia el centro genera incomodidad en JxC que venía endureciéndose: hasta el propio Rodríguez Larreta se mostraba más duro, en un contexto en el cual el gobierno experimentaba un desgaste creciente. Una incomodidad que se manifiesta menos en términos estrictamente electorales, pero más respecto al proceso político. Paradójicamente, si Massa decide sentar a la oposición en la mesa de toma de decisiones le puede generar más dudas y complicaciones, que beneficios.