Nota extraída de El Cronista por Mariano Gorodisch

Comprar divisas a través de la Bolsa a $ 166 para revenderlas en el mercado paralelo a $ 176 arroja una ganancia de $ 10 por dólar. Se trata, sin embargo, de una maniobra mediante la cual se pasan los ahorros al circuito informal

De la mano de la suba del blue, volvió a la cancha (o, mejor dicho, a la City) el dólar puré. Se trata de una maniobra que consiste en comprar dólares en el circuito legal y venderlos en el paralelo, para obtener una ganancia aprovechando la brecha entre una y otra cotización. Pero la operatoria, cabe aclarar, supone pasar los ahorros del circuito formal al informal. 

Dado que el universo de personas habilitadas para comprar el cupo de u$s 200 por mes se ha visto fuertemente reducido por el cepo cambiario, el puré que más ganancias deja es con el MEP. Su cotización no solo quedó por debajo del precio del dólar «solidario», sino que además con esa operación es ilimitada la cantidad de divisas que se puede adquirir.

Dado que la cotización del dólar MEP ronda hoy los $ 166, acceder a divisas a través de la Bolsa se ha convertido en la estrategia más conveniente tanto para los ahorristas que buscan refugio sin límites en el billete estadounidense como para aquellos que buscan la mencionada ganancia a través del puré. 

Si ganan $ 166.000, con eso adquieren u$s 1000 en el mercado de capitales. Los transfieren a su caja de ahorro en dólares del banco, lo extraen y van al mercado paralelo, que les paga $ 176.000 por esos u$s 1000 ($ 176 por cada dólar). De esta forma, se hacen $ 10.000 con este pase de manos. Esta operatoria, como se mencionó, supone pasar los ahorros al circuito informal. 

cara grande

Para que la ganancia sea completa, el ahorrista deberá pedir billetes de u$s 100 de cara grande. Es que los de ´cara chica´ en el blue se pagan hasta 3% menos. 

En la City también alertan por aquellos ‘pureteros‘ que se engolosinan intentando hacer un ´rulo´. Es decir, aquellos que depositan nuevamente en el banco los pesos que se obtienen en el blue. 

Esta operatoria, agregan, fue la que hizo saltar varias alarmas durante enero y febrero de este año. En ese primer bimestre, cabe recordar, los bancos congelaron múltiples cuentas e hicieron otros tantos reportes de operaciones sospechosas (ROS) ante la UIF, al detectar este tipo de inconsistencias que, luego, los clientes no pudieron justificar.