sábado, abril 27

Qué estrategias despliega la clase media para pagar hasta 50% menos por un mismo producto en el supermercado

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Nota extraída de IProfesional por Damián Di Pacce

Mes a mes, las familias argentinas se enfrentan a sus gastos, fijos y variables, para la subsistencia de una administración hogareña cada vez más compleja

El ahorro es el inicio de la formación bruta del capital vía la inversión. En nuestro país, para muchas familias el gasto corriente está por encima del ingreso en un contexto de variación de precios de la economía. Es decir, que adelantar las compras y evaluar el lugar donde realizarlas se puede ahorrar hasta el 50 por ciento.

Un ahorro en la compra bienes de este tipo irá, en muchos casos, para el pago de servicios públicos y privados debido al constante aumento que están teniendo por corrección de los precios relativos de la economía y necesidad de eliminar subsidios nacionales para alcanzar equilibrios fiscales a nivel nacional.

Mes a mes, las familias argentinas se enfrentan a sus gastos, algunos fijos y otros variables, para la subsistencia de una administración hogareña cada vez más compleja. Entre los gastos fijos, se incluyen los alimentos y bebidas de la canasta básica. A diferencia de otros países, en Argentina se convive a diario con la inflación, lo que lleva a los argentinos a ingeniárselas a la hora de comprar, buscar precios, aprovechar ofertas, comprando al por mayor y recurriendo a los descuentos, entre otros.

Días atrás, el jefe del Palacio de Hacienda, Luis Caputo, expresó es su cuenta de X (anteriormente Twitter) que «a muchas empresas les pasó que pricearon sus productos esperando un escenario catástrofe que no se materializó. Hoy tienen precios de lista muy altos que la gente no convalida mayormente, y que ya han empezado a bajarlos, pero vía promociones, del tipo 60 % de descuento en la segunda unidad’ o hasta ‘2×1′».

A su vez, agregó: «Estos descuentos si bien no los capta el INDEC por su modalidad lógica de medición por unidad, son una clara señal de desaceleración inflacionaria». Más tarde, se volvió a manifestar, pero esta vez en tono de festejo cuando una cadena de supermercado abandonó la modalidad de promociones «2×1» o «3×2», pasando a los descuentos por unidad, «Hay una responsabilidad empresarial. No les estamos pidiendo una baja, sino que los precios reflejen en mayor o menor medida el valor al que venden. Si hay 2×1 o el 80% llevando la segunda unidad, es porque la primera unidad se puede vender a un precio razonable».

Así ahorran las familias argentinas

¿Cuánto podría ahorrar una familia tipo (compuesta por un varón de 35 años, una mujer de 31, un hijo de 6 y una hija de 8) comprando los productos que integran una Canasta Básica Alimentaria (CBA) con descuentos por unidad? Para responder a esta pregunta, realizamos un relevamiento en tres grandes cadenas de supermercados, tomando en cuenta las ofertas y promociones vigentes del 18 al 24 de marzo. Los productos relevados fueron los mismos que mide el INDEC, incluyendo tanto primeras marcas como segundas marcas.

El valor de la CBA para la familia mencionada, en febrero de 2024, alcanzó los $322.851,20, aumentando un 13,1% respecto al mes anterior y un 301,1% interanualmente. Estimando el valor de la canasta para marzo de 2024, se la ajusta por la inflación esperada del mes, resultando en un valor de $369.018,93. Si una familia fuera al supermercado «B» a hacer sus compras en el mes, llevando productos de primera marca y sin promociones, gastaría $346.439,83, lo que representa un 6,1% menos sobre el valor estimado de la CBA para marzo. En tanto, se ahorraría mucho más si aprovechara las promociones o descuentos por unidad, ya que solo gastaría $325.866,56, lo que equivale a un ahorro del 11,7 por ciento.

Entre los supermercados relevados, existen diferencias significativas. En el supermercado «A», la familia gastaría un 9,3% más sobre el valor de la CBA, es decir, $403.403,28, si compramos productos sin promoción. Sin embargo, si aprovechamos las promociones, tendría un valor similar al de la canasta, $367.710,82. En el caso del supermercado «C», aunque comprando con y sin promociones la familia ahorraría, este ahorro es mayor en la canasta de productos sin promociones, representando un 12,1% sobre el valor de la CBA de marzo en comparación con el 2,7% de los productos con promoción.

Entre los supermercados relevados, existen diferencias significativas

Entre los supermercados relevados, existen diferencias significativas

Otra estrategia de ahorro por parte de las familias es optar por comprar productos de segunda marca. En promedio, comprando con y sin promociones, una familia ahorraría hasta 18,1% y en promedio 7,6% en productos de segunda marca, mientras que en productos de primera marca ahorraría hasta 12,1% y en promedio un 3,9 por ciento.

El supermercado donde el ahorro es mayor es en el «A», haciendo uso de las promociones, seguido por el supermercado «C»; mientras se gastaría un 4,2% más comprando en el supermercado «B» sin promociones.

Otra estrategia de ahorro por parte de las familias es optar por comprar productos de segunda marca

Otra estrategia de ahorro por parte de las familias es optar por comprar productos de segunda marca

Otra diferencia a tener en cuenta es la brecha de precios existente en los mismos productos comercializados en los distintos supermercados considerados durante el relevamiento.

Por ejemplo, en el arroz varietal existe una brecha del 36,4% entre el precio más alto y el más bajo; en las lentejas es del 41,5%; en la picada especial es del 49,9%; en el vino, del 41,2%; y en el asado del medio, del 27,6 por ciento.

Otra diferencia a tener en cuenta es la brecha de precios existente en los mismos productos comercializados en los distintos supermercados

Otra diferencia es la brecha de precios existente en los mismos productos comercializados en los distintos supermercados

Estrategias para darle batalla a la inflación

La adaptabilidad frente a la inflación y la búsqueda activa de descuentos y promociones se vuelven imperativas en las familias para garantizar un manejo financiero eficiente y la adquisición de productos básicos. Los datos muestran que, si bien existen variaciones en los precios según el supermercado y la modalidad de compra, aprovechar las promociones por unidad puede representar un ahorro significativo. Además, la opción de productos de segunda marca también puede contribuir a reducir los gastos.

Uno puede aprender mucho de la distorsión macro en sus resultantes en la micro. Los excedentes monetarios hicieron cada vez con más frecuencia con los ingresos obtenidos por el tiempo de los argentinos dedicados al trabajo tengan que dedicar luego tiempo para ahorrar en sus consumos adelantando compras, visitando diferentes puntos de venta, aprovechando promociones, ofertas y descuentos. Lo que calienta la inflación en materia de precios es el resultante del fuego en materia de circulación monetaria. Lo que la inflación quema en el poder adquisitivo de los pesos incendia las posibilidades de ahorro presente para mayor nivel de inversión, producción, empleo y niveles de capitalización futura.

Lo que pasa en un changuito de supermercado puede explicar muy bien lo que sucede en la previsibilidad de juego con la moneda para el que el produce, distribuye, comercializa y consume.

El economista británico Alfred Marshall decía «La finalidad de una moneda, es ante todo facilitar las operaciones comerciales y para cumplir esta finalidad, necesita estar definida con toda claridad y ser aceptada por la generalidad de las gentes». Las reglas nunca tuvieron claridad para emitir el peso argentino y hace décadas que no es aceptada por ejemplo para el ahorro a tal punto que los argentinos en sus preferencias tienen cómo prioridad acopiar cualquier bien del mercado antes que preservar nuestra moneda en sus manos o como mecanismo de ahorro.