SAN CARLOS BORROMEO, OBISPO

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SAN CARLOS BORROMEO, OBISPO.🌷🍃

4 de Noviembre

Patrono contra enfermedades, úlceras y el cáncer
Fiesta: 04 de Noviembre
Martirologio Romano: Memorial de San Carlos Borromeo, obispo, quien se hizo cardenal debido a su tío, el papa Pío IV y elegido obispo de Milán, en donde fue un verdadero pastor atento y fiel a las necesidades de la Iglesia de su tiempo: convocó sínodos y estableció talleres para impartir formación al clero, visitó muchas veces a todo su rebaño para fomentar el crecimiento de la vida cristiana, y emitió varios decretos con el fin de salvar a las almas.
Patronato: Contra las úlceras, cáncer, trastornos intestinales, cólicos, soportar enfermedades, enfermos, ancianos, obispos, seminaristas, catequistas, catecúmenos, directores espirituales; líderes espirituales…
San Carlos Borromeo dedicó toda su vida a ayudar al pueblo de Dios a ser más como Jesús, más como el Reino del Padre. Con su testimonio, él nos dice que cada uno de nosotros puede hacer una gran diferencia en el Cuerpo de Cristo. Debido a que somos cristianos, podemos llevar a cabo, de manera especial, ayudar a los que nos rodean y hacer que el rostro de Dios sea más real en el mundo. De esta manera, podemos cambiar el mundo.
Biografía
San Carlos Borromeo nació el 02 de octubre 1538, cerca de los Alpes en el Lago Maggiore, Italia. Él era el segundo hijo de unos padres muy ilustres y ricos que lo criaron en un ambiente muy religioso. Cuando tenía doce años, se le dio la tonsura, que es el corte de pelo en la parte superior de la cabeza. Esto lo marcó para el sacerdocio y fue educado con ese objetivo en mente.
Carlos estudió teología y también obtuvo su licenciatura en derecho en la Universidad de Pavía, en Milán. Tres semanas después de haber recibido su título, el hermano de su madre, el Cardenal Médicis, se convirtió en el Papa y admirado por las grandes cualidades de su sobrino joven y brillante, lo mandó a llamar para que se fuese a Roma con él. Casi de inmediato, y por el talento resaltante del Joven Carlos, quien contaba con 22 años, el Papa Pío IV, lo hizo nombrar cardenal de la Iglesia. .
Obispo trabajador, humilde y generoso
Debido a sus habilidades de organización y trato con la gente, el Papa promovió a Carlos Borromeo a la oficina del Secretario de Estado, cardenal protector de varios países y de seis órdenes religiosas, así mismo, lo nombró arzobispo de Milán
En 1562, Carlos fue nombrado por el Papa para ayudar a organizar el próximo Concilio de Trento. Durante esta planificación, el hermano de Carlos murió, lo que le indujo a ver y estudiar el significado y el propósito de su vida. Decidió ser santos y hacer de la Iglesia, si estaba en sus manos, un lugar más santo, también. Él realizó varios cambios:
Reescribió el catecismo que las personas aprendieron.
Comenzó reformas en la preparación de los candidatos al sacerdocio.
Realizó cambios ordenados en el libro de oraciones de la Iglesia.
Pidió al Papa decretar que, en la Iglesia, ya no se pudiesen hacer nombramientos políticos.
Muchas de estas reformas, y otros más que se le acreditan a San Carlos Borromeo, se hicieron valer a partir del Concilio de Tridentino
Atención y cuidado de los enfermos
En 1566, el Papa envió a Carlos de regreso a Milán para que fuese Arzobispo a tiempo completo. Él continuó su trabajo pastoral y lleno de caridad con las personas, cuidando y protegiendo a las personas sin hogar, sobre todo cuando la plaga azotó a Milán.
Él cuidó a los enfermos como si estuviese cuidando a cristo mismo. Vendió las cortinas de su palacio, su ropa y otras posesiones para así, convertidos en dinero, comprar medicina y todo lo que les hacía falta a los pobres. San Carlos Borromeo, el gran arzobispo de Milán, se le solía ver en las calles vestido con harapos, ropa vieja. Él enseñó el catecismo, le encontró un lugar donde quedarse a todos los enfermos y a los ancianos abandonados, estableció escuelas y echó a correr a toda su diócesis atendiendo las necesidades de la gente. Él vivió una vida llena de oración, dormía y comía muy poco
El una vez dijo: 

“Aquí, todo tipo de pobres serán alojados, tanto extranjeros como milaneses; hombres, mujeres, niños, porque la caridad no conoce distinción de naciones, y todos somos hermanos y hermanas en el Señor”

Arduo trabajo como fundador

San Carlos reunió cinco sínodos provinciales y once diocesanos. Visitó a todas sus parroquias enérgicamente. Cuando alguno de sus obispos les decía que ya habían hecho mucho trabajo y “no tenían nada que hacer”, San Carlos Borromeo les enviaba una larga lista de las obligaciones episcopales, añadiendo después de cada punto: “¿Cómo puede decir un obispo que no tiene nada que hacer?”
El santo fundó tres seminarios en la arquidiócesis de Milán, para otros tantos tipos de jóvenes que se preparaban al sacerdocio y exigió en todas partes que se aplicasen las disposiciones del Concilio Tridentino acerca de la formación sacerdotal, y redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar según ellos sus propios seminarios.
Su muerte
Hacia el final de octubre en el año 1584, Carlos había estado viajando hacia algunos sectores de su diócesis. En el camino a casa cayó enfermo con fiebre pesada y tuvo que ser regresado de vuelta a Milán en una camilla. Murió a los pocos días. Él murió joven y pobre, habiendo enriquecido enormemente a muchos con la gracia. En su lecho de muerte decía: “Ya voy, Señor, ya voy”. Fue canonizado por el Papa Paulo V el 01 de noviembre de 1610.