Tras la disparada de los alimentos y los remedios, ¿cuánto necesita un jubilado para vivir?

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Nota extraída de Clarìn por Ismael Bermúdez

Hace un año la canasta de un jubilado valía $ 151.478. Desde octubre de 2022 subió 106,75%.

Tras la disparada de los alimentos y los remedios, ¿cuánto necesita un jubilado para vivir?

Hay 4,5 millones de jubilados que cobran la mínima de $ 87.460 más un bono de $ 37.000. Foto archivo Clarín.

Por la disparada de los precios, en especial de los alimentos, medicamentos y gastos de vivienda, el valor de la Canasta Básica de los Jubilados llegó a $ 313.185, según Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad.

Este importe incluye “gastos de vivienda, y el rubro medicación contempla una variedad de medicamentos de diferentes patologías, considerando el descuento que se realiza en farmacias según la obra social del jubilado, que oscila entre 40 y 80%”, aclaró Semino.

En octubre 2022, esa canasta valía $ 151.478. Representa en un año una suba del 106,75%, por debajo de la inflación.

De los $ 313.185 del valor de la canasta, los gastos de vivienda representan un 27% ($ 85.500) y los alimentos, el 21% ($ 65.578).

Según Semino, “los nuevos datos de la Canasta Básica de los Jubilados ratifican la situación de precariedad y miseria en la que se hunde cada vez más el sector»

Y agregó: «Es una canasta básica de $ 313.185 en un contexto en el que 4,5 millones de jubilados cobran una mínima de $ 87.460 más un bono de $ 37.000. De estos 4,5 millones, a 1.900.000 se les incorpora un bono de PAMI de $ 15.000. Y por devolución total del IVA se otorga $ 18.800, lo que da un total de $ 158.260”.

Con todos estos adicionales, el ingreso de un jubilado solo alcanza para hacer frente a la mitad del valor de la canasta.

Por su parte, los beneficiarios de la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM) cobraron $ 69.968. Más los bonos y la devolución del IVA. El monto de Pensiones No Contributivas para personas con discapacidad fue de $ 61.222. Más el bono de $37.000, pero no el de PAMI, y la devolución del IVA.

«El intento de mitigar el problema mediante el anuncio de bonos son parches que resaltan el agujero que quieren ocultar. No es que los jubilados sigan estando mal, es que están cada vez peor y no hay perspectivas de que la situación se revierta. La deuda sigue siendo con ellos», sostuvo Semino.

Las jubilaciones y pensiones vienen aumentando, según la fórmula de movilidad, por debajo de la inflación. Eso pasa porque la fórmula toma en cuenta la evolución de los salarios y la recaudación de impuestos que va a la Seguridad Social, sin ninguna garantía frente a la suba de los precios y un rezago de tres meses.

Ante ese deterioro, el Gobierno viene otorgando cada vez con mayor frecuencia refuerzos o bonos para los jubilados y pensionados de haberes más bajos, excluyendo al resto de los beneficiarios del sistema.

La pérdida de los haberes jubilatorios fue muy fuerte durante el gobierno anterior (-19,5% entre septiembre 2017 y diciembre 2019), luego volvieron a caer con los aumentos por decreto otorgados en 2020 y con la fórmula de movilidad implementada a partir de 2021, con mayor intensidad entre los que no recibieron ningún bono.