El lavavajillas es muy práctico pero también esconde unos riesgos que hay que conocer para intentar esquivarlos.
El primer peligro acecha en la puerta, concretamente en la goma: es un lugar perfecto para que crezcan y proliferen los hongos. El ambiente alcalino, húmedo y de alta temperatura del lavavajillas es perfecto para que se desarrollen hongos potencialmente perjudiciales para los humanos. Los hongos se reproducen por esporas microscópicas, que se pueden inhalar y llegar a los pulmones, provocando infecciones.
Los que están en tratamiento con antibióticos o que tienen problemas de inmunidad son más propensos a desarrollar infecciones por hongos (micosis) en la piel y los pulmones. También los diabéticos son tendentes a desarrollar infecciones fúngicas en la piel.
Los científicos se fijaron en las gomas de las puertas porque son un lugar perfecto para que crezcan las levaduras negras termofílicas (amantes del calor). Las especies de la levadura Exophiala (la más frecuente en los aparatos analizados) también prosperan en ambientes con altas concentraciones de sal (un componente del jabón para lavavajillas que se usa para reducir la acumulación de calcio).
Para eliminar los hongos, el método más eficaz es limpiarlo una vez al mes con bicarbonato y vinagre. Primero fregar a mano y con agua y jabón, las bandejas y alrededor de la goma y dejarlo secar al aire. Después, mezclar dos partes de agua caliente con media de vinagre, rociar todas las superficies y frotarlas con un cepillo.
Colocar nuevamente las bandejas en el lavavajillas y colocar en la rejilla superior un tazón lleno de vinagre. Hacer un lavado a máxima temperatura y después espolvorear una taza de bicarbonato en el suelo del aparato y repetir otro lavado muy caliente.
Los lavavajillas favorecen la resistencia a los antibióticos, al menos es lo que postula una investigación. Los autores han encontrado que los genes de las betalactamasas (unas enzimas producidas por las bacterias para destruir el antibiótico) están en los lavavajillas y lavadoras y pueden presentar un peligro para la transmisión de bacterias resistentes a los antibióticos, como el Staphilococcus aureus (causante de infecciones de la piel, cardiacas, neumonías, etc). Las temperaturas altas pueden ayudar a reducir las bacterias resistentes a antibióticos.
Con la creciente preocupación medioambiental, tal vez haya quien se plantee otra opción de lavado a los detergentes utilizados habitualmente y que son una fuente de fósforo que acaba contaminando las aguas residuales urbanas.
Fuente: Alimente
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