EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA💫🍃
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,1-20):

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»
Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen.»
Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»

Palabra del Señor

Mc. 4, 1-20: Sembrar.

1) A la orilla: disponete a escuchar a Jesús. Él quiere entrar en tu vida, te quiere hablar, pero es necesario que te calles, que lo dejes hablar. Cálmate un poco y no dejes que la ansiedad y la imaginación te conviertan en un monstruo y te generen actitudes hirientes hacia los que te rodean. Es tiempo de escuchar y quedarse en la orilla. Tómate unos minutos de silencio.

2) Parábolas: hoy Dios te sigue hablando por medio de parábolas, pero parábolas de la vida. Esas cosas que te pasan día a día y te dejan pensando. Es parábola esa persona que viene a darte un abrazo y te da fuerzas. Son parábola de Dios esos errores que vos cometiste y lo reconoces, pero sacas una enseñanza. Es parábola de Dios esa mirada del otro que te llena de amor. Es parábola de Dios cuando vos ayudas a alguien y se te inunda el corazón. Todos los días te dice algo Dios en tu día, tenés que fijarte y darte cuenta.

3) Frutos: cuanto más unido a Dios estés, más frutos darás. Porque lo que vos sos podremos disfrutarlo todos. Vos tenés que ser un gozo y alegría en nuestras vidas, no una carga ni un peso. Pero eso depende de vos mismo. Sos vos el que tenés que valorarte. Y con Jesús, darás frutos que valoraremos todos, disfrutaremos todos y nos aportarás lo que todo fruto aporta al ser humano: vida y salud. Hoy vos tenés que dar vida y salud.