domingo, mayo 5

FMI, dólar y reservas agotadas: cómo serán los primeros días de Sergio Massa como candidato

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Sergio Massa le quedan desafíos extremos para las próximas semanas. Lo sabe, así se lo comunicó a su equipo de colaboradores, a los que convocó a una reunión durante la mañana del lunes, y así lo dejan trascender funcionarios de su plena confianza. Luego, al mediodía, firmarán un convenio para regularizar la deuda con Francia, España y Suecia, en el marco de la negociación con el Club de París. 

Tal como se lo mencionó a sus funcionarios el último viernes, horas antes de su confirmación como candidato a Presidente por el oficialismo, Massa va a encarar la negociación con el Fondo Monetario como prioridad. Recién viajará a Washington cuando haya un acuerdo total para que no vuelvan a «correrle el arco».

Este viernes habrá que pagar u$s2.700 millones pero el flamante candidato quiere que el staff del Fondo envíe una señal de acuerdo inminente antes. 

La negociación entre el equipo económico y el staff del FMI continuará desde hoy mismo. El propio FMI aceptó que el Gobierno pague los vencimientos de la semana pasada antes de que termine junio. Hay tiempo hasta el viernes para llegar a algún tipo de acuerdo antes de caer en «arrears» (atrasos) con el Fondo.

La segunda cuestión se vincula con la inflación, y en especial con el precio de los alimentos. Desde el equipo económico no descartan una amplia convocatoria a empresas líderes y también a supermercados para asegurar la continuidad de «Precios Justos» hasta las elecciones. Massa no quiere sorpresas.

Sobre su propia continuidad en el Ministerio, Massa ya avisó que, por lo menos, se quedará hasta las PASO. No descarta extender su presencia más allá de ese momento, aunque todo dependerá de las urgencias del momento.

En todo caso, dejará el cargo en manos de alguno de sus hombres de máxima confianza. No se descarta que sea el actual titular de la Aduana, Guillermo Michel.

La oposición mira de cerca

«Se viene el momento de la verdad», dice uno de los referentes económicos de la oposición, con posibilidades a tener un cargo gravitante a partir de diciembre en caso de que Juntos por el Cambio gane las elecciones. El economista que acepta el diálogo con iProfesional prefiere el anonimato, justo en las definiciones electorales, asegura que a la oposición no le conviene que «se rompa todo» porque «complicaría todavía más todo el escenario de por sí muy difícil», argumenta.

Este viernes habrá que pagar u$s2.700 millones pero Massa espera que el staff del Fondo envíe una señal de acuerdo 

El referente cuenta que en las últimas semanas hubo distintos contactos de dirigentes y economistas de Juntos por el Cambio con fuentes en Washington para conocer de primera mano la situación con el FMI.

Lo que hasta hace algunas semanas parecía una obviedad -que el Fondo aceptaría habilitar desembolsos para evitar un nuevo stress financiero y cambiario en la Argentina-, antes del fin de semana no lucía tan claro.

Durante las horas frenéticas del cierre de las listas de precandidatos rumbo a las elecciones, el Gobierno pareció entrar en pausa respecto de las negociaciones con el FMI, que encabezan exclusivamente Massa y funcionarios de su equipo, liderados a su vez por Gabriel Rubinstein.

Los reclamos del Fondo pasan por una receta hasta aquí rechazada por Economía: un mayor ajuste fiscal, otra suba de las tasas de interés y -sobre todo- una devaluación en el mercado oficial.

Massa mantiene el rechazo total a un ajuste disruptivo del tipo de cambio y, en contraposición, su equipo habría presentado la posibilidad de imponer un impuesto adicional sobre la mayoría de las importaciones, con la lógica excepción de los alimentos.

La situación es crítica: la semana pasada -con apenas tres jornadas hábiles- el Banco Central debió vender u$s200 millones de las reservas para sostener el tipo de cambio. El saldo negativo en el mes ya alcanza a los u$s545 millones: las ventas de divisas se aceleran con el paso de los días.

El último default con el FMI fue de Grecia, en 2015, por unos u$s2.000 millones. Nunca antes el Fondo sufrió un default más grande que el que tendría con la Argentina, recuerda el último reporte de la consultora 1816.

Lo cierto es que luce improbable que el organismo concrete un desembolso antes del próximo fin de semana. No dan los tiempos, aun con la mejor voluntad; que ni siquiera se reconoce su existencia, a esta altura de las negociaciones.

Carrera hacia agosto

La negociación con el Fondo es crítica: a la Argentina no le quedan ni dólares ni demasiados DEGs para pagar ni éste ni los próximos vencimientos.

Desde Washington, el viernes a la tarde, tomaron aliviados el mensaje del ministro a sus colaboradores asegurando su continuidad al frente del Palacio de Hacienda.

El temor a una corriente dolarizadora se mantiene latente, a la espera de lo que suceda con el Fondo Monetario

Por ahora, Massa no tiene agendado un viaje a los Estados Unidos, lo que da la señal de que el acuerdo todavía no está abrochado.

La única conjetura razonable es que el organismo sabe al detalle que la Argentina se quedó sin dólares y que el impacto terrible de la sequía no puede soslayarse.  A pesar de ese impacto, el FMI no aceptó modificar el escenario ni la Argentina tomó medidas adicionales en un año electoral. Así se llegó a este momento de incertidumbre total.

El voto del mercado

A pesar de la falta de un mapa para llegar sin turbulencias hasta fin de año, el rally alcista de las acciones no se frena. Tampoco en el caso de los bonos de la deuda, aunque en menor medida.

El argumento más escuchado en el mercado tiene que ver con los precios de remate que mostraban los activos financieros.

El «partido» de verdad, por lo pronto, se juega en el mercado cambiario. Nadie apostaría por un dólar estable de acá a los próximos meses.

El temor a una corriente dolarizadora se mantiene latente, a la espera de lo que suceda con el Fondo Monetario y las novedades de la economía.

También serán determinantes los sondeos preelectorales: las supuestas menores chances de Javier Milei -siempre según las perspectivas de algunas consultoras- abrieron la expectativa de un triunfo de Juntos por el Cambio en primera vuelta.

De todas formas, la realidad manda: sin dólares en las reservas, no habría mucho para hacer ante una corrida dolarizadora por más que el cepo le ponga límites concretos a esos movimientos.