Nota extraída de TN por Carlos Pagni

Hay una enorme presión del kirchnerismo sobre Edesur. Las autoridades de esta empresa sospechan que, detrás del acoso del Gobierno, existe la intención para que ellos vendan sus activos a algún grupo ligado al oficialismo.

Estamos ante una paradoja llamativa, si se quiere, simpática, con lo que tiene de oscuro. Es que la vida política de Sergio Massa, que ha sido un eterno espectáculo de luz y sonido, se ha encontrado con la desgracia de los cortes de luz.

Hablo de Sergio Massa porque es el ministro de Economía que decidió adoptar, asumir bajo su mando la gestión energética con todo el riesgo que eso supone, como se ve en estos días. Hay una enorme presión del Gobierno, del kirchnerismo sobre la empresa Edesur. Es una presión que tiene que ver, como todos sabemos, por los cortes de luz, por la cantidad de usuarios caídos que ha habido en esa empresa.

Ha habido también otros usuarios que perdieron el servicio que son de Edenor, de la otra distribuidora del área metropolitana, y un economista, Nicolás Gadano, se preguntaba hoy si, ahora, también van a intervenir a esta empresa. Gadano es pícaro con la pregunta, porque Edenor es de José Luis Manzano y Daniel Vila, íntimos amigos y promotores -digamos, padrinos empresariales- de Massa como ministro y, eventualmente, como candidato, si es que llega a salir ileso de su experiencia como ministro de Economía.

Acá aparece una pregunta en la ironía de Gadano cuando dice “¿y ahora que los usuarios que se caen son los de Edenor, también le van a mandar un interventor?”: es la vinculación que existe, cada vez más estrecha, importantísima por el tipo de capitalismo que se va modelando en la Argentina entre empresas de servicios públicos y amigos del poder. ¿Por qué? Porque las autoridades de Edesur sospechan que, detrás del acoso del gobierno, existe la presión para que ellos vendan sus activos -que están en venta, en un largo proceso- a algún grupo ligado al kirchnerismo.

Hay dos candidatos que estuvieron olfateando alrededor de la empresa para ver si se podían quedar con ella. Uno, el grupo Olmos, que está ligado al conjunto de medios Crónica y el otro, un nombre muy conocido, Fabián de Sousa, del grupo Cristóbal López, C5N, Ámbito financiero, etcétera. Son muy identificados con el Gobierno, muy identificados con el kirchnerismo y aspiran a quedarse con la empresa.

La pregunta que hay que hacerse es ¿por qué si una empresa multinacional que opera en, por lo menos, 10 países como Enel, la dueña de Edesur, no puede mantener el servicio, sí lo van a hacer empresarios argentinos? Porque hoy, el negocio de los servicios públicos consiste en hacer negocios con subsidios, no en recibir la tarifa y vender la mercadería, que es la energía y, para hacer negocios con subsidios, hay que ser amigo del poder.