LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO *
*6 de Octubre *
Uno de los símbolos del Espíritu Santo es la unción con aceite.En
el Antiguo Testamento los reyes eran ungidos, para que supieran
gobernar y para que tuvieran la fuerza necesaria para poder cumplir con
su misión. Se creía que, junto con el aceite que se derramaba, descendía
el Espíritu divino (1 Samuel 9; Sal 2,6). También los sacerdotes eran
ungidos en su consagración (Éxodo 28,41; 29,7), y a veces los profetas
(1 Reyes 19,15-16).Jesús mismo, cuando inicia su
misión pública, aplica a esa misión el anuncio de Isaías: «El Espíritu
del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para llevar la buena
noticia a los pobres» (Lucas 4,18).Esta unción no
significa sólo que somos elegidos, sino que somos capacitados para
cumplir la misión que Dios nos da en esta vida. Por eso, también en el
Bautismo y en la Confirmación nosotros somos ungidos.Esta
unción con aceite es un símbolo de esa consagración que nos capacita,
porque en la antigüedad se utilizaba el aceite para frotar a los atletas
y fortalecerlos de manera que pudieran correr y llegar a la meta con
éxito. Pero para cumplir otras funciones, como el gobierno, el
sacerdocio o la profecía, no basta la fuerza, sino también la sabiduría.
Por eso, esta unción con el aceite pasó a simbolizar también al
Espíritu Santo que se derrama para darnos esa sabiduría. A los
cristianos que han recibido el Espíritu Santo se les dice: «Ustedes
conserven la unción que recibieron de él, y no tendrán necesidad de que
nadie les enseñe» (1 Juan 2,27).Imaginemos al
Espíritu Santo, que se derrama sobre nosotros como un aceite perfumado, y
démosle gracias por la fuerza y la sabiduría que él nos regala muchas
veces, cuando más lo necesitamos.