MEDITACION DEL EVANGELIO *Mc 4, 1-20: *

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MEDITACION DEL EVANGELIO *
*Mc 4, 1-20: *


*En dónde cae.*


*1) Al borde: *


Es la vida de aquellos que no se la quieren jugar. Es cuando vos no querés tomar las decisiones que tienes que tomar. En donde el miedo te atrapa y no te decidís ni por uno ni por otro. Te quema la cabeza de tanto pensar, pero no llegas a actuar. Es estar al borde porque no generas y sólo dejas que el tiempo pase y, así, la vida se te pasa. Eso lleva a que no tengas objetivos, que te sientas vacío y que no sepas qué es lo que quieres. Ya no te llena nada, porque estás a la espera, una espera inútil, porque el único que puede decidir por su vida sos vos. Tené cuidado, porque siempre hay alguien, esos pájaros, que pueden comerte tu vida y pasas a ser títere de ellos.


*2)Terreno pedregoso: *


Es cuando te endureciste por la vida que te tocó. Te haces que no te importa nada, pero es un caparazón que te pusiste, crees que podés con todo y sos casi como una mula, haces mucho esfuerzo, pero no piensas ni sientes; más bien, no quieres pensar ni sentir… por miedo a que te lastimen. Cuando te haces el duro y el impenetrable es porque hay muchos golpes, o un tremendo golpe que te hizo experimentar el dolor, el fracaso o la frustración. No te endurezcas porque así serás cerrado en el pensar y en el sentir, te vas a terminar asfixiando de vos y terminarás solo.


*3) Los abrojos: *


Es cuando te importa mucho tu imagen, el qué dirán. Te cambia la autoestima según lo que digan de vos. Es cuando la inseguridad vive en vos y necesitas de otros para que te den seguridad. Ya no es que no tenés miedo a tu manera de actuar, sino que tenés miedo al qué dirán y quién es el que hablará de vos. Esto es cuando no sabes darte el valor que te mereces y dejas que tu corazón y tu vida sean manoseadas por otros y por eso te terminan ahogando y destruyendo tu identidad, te ahoga tu manera de vivir la vida y tu forma de ser. Esto mata también la semilla de la vida que Dios te propone. Es por ello que hoy pidamos a Jesús que nos sane de todo aquello que atenta con nuestra vida, que es la semilla verdadera. Vos sos esa semilla que puede dar mucho. Sos valioso y podés generar mucho en esta tierra, en este mundo. Vos estás llamado a producir, a generar, a saciar, a embellecer. Confiando en Dios y en vos podés ser un gigante, más gigante que cualquier árbol que mires. No lo olvides.[29/1 05:58] Maria concepcion:

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*EVANGELIO DEL DÍA*

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*Marcos (4,1-20):*


En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla.Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que, por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen.»»Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»