sábado, abril 27

Milei evalúa lanzar una Conadep de la corrupción y ya tiene Plan B si el Congreso rechaza la Ley Ómnibus

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El Presidente está envalentonado por las primeras encuestas de opinión pública que recibió tras anunciar el DNU y tiene varias estrategias entre manos para desgastar a los legisladores que quieren trabar las medidas.

La caja de madera que contenía el proyecto de ley ómnibus y el ritual de foto y traspaso de las 350 páginas del Presidente al ministro del Interior y de Guillermo Francos a Martín Menem, fue una pequeña decisión política.

La puesta en escena de las cosas es una condición indispensable en las prioridades del nuevo Gobierno. Todo lo que sirva para hablar de este megaproyecto se usó y se usará de acá en adelante. Por eso alguien pensó que incluir entre los cambios de la ley, el uso de la toga y el martillo para los jueces, era una picardía de marketing libertaria. Pero no. Uno de los principales estrategas del Presidente se enteró por los diarios que eso estaba incluido en la norma y no lo podía creer. Tuvo que ir a leer el artículo del proyecto para convencerse. La confirmación lo alegró: “no tengo idea quién lo escribió pero lo celebro. Necesitamos que la atención esté en la ley”.

Guillermo Francos le entregó la ley ómnibus a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. Foto: Prensa Diputados
Guillermo Francos le entregó la ley ómnibus a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. Foto: Prensa Diputados

El látigo y la zanahoria

Si el Gobierno prospera en sus intenciones, no se hablará de otro tema este enero. Creen que en esa discusión se va su futuro. Una ecuación que tiene este razonamiento: “tenemos que hacer cambios suficientemente rápido como para enlazar bien con el acotamiento de la paciencia de la gente”, dicen alrededor del Presidente.

De ese agujero, se nutre la necesidad de acelerar. El grupo de decisión del Presidente, se sabe, se reduce a dos personas, además de él: Karina Milei y Santiago Caputo. Ahí se define lo que vendrá. “Vos tenes que ofrecer la zanahoria y el látigo en simultáneo”, dice uno de los hombres más influyentes de la mesa chica. “La ley ómnibus es la zanahoria. ¿Cuál es el látigo? “Y, puede ser un Conadep de la Corrupción”.

La idea que en su momento propuso aplicar Chacho Álvarez para Carlos Menem o el macrismo para el kirchnerismo, tienta ahora a Javier Milei. Esta es una saga que se abrió cuando habló de legisladores que buscan coimas para aprobar una ley y que seguirá este verano.. En el medio, aparecerá una página web con el contenido del megaproyecto explicado para todo público que contendrá un jueguito interactivo que cronometrará el tiempo “que demoran los diputados en tratar la norma”.

En la Casa Rosada, buscan algo imposible: que la ley ómnibus sea aprobada durante enero. Todavía no están formadas las comisiones necesarias para tratarlas y tampoco está el número. El PRO, un sector del radicalismo acompaña pero no alcanza.

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A nadie se le ocurriría dar a esta hora la batalla por ganada ni por perdida. Hay una cronología tramposa que corre al Gobierno: esta es la ventana de oportunidad que les regala el deseo indiscutible de cambio que apoyan los argentinos, en un marco institucional insólito (sin gobernadores, sin mayorías y sin aparato). “Todo lo que se pueda meter en el plazo más corto posible, se hará”, dicen en el primero piso. Más que las fuerzas del cielo son las fuerzas de los vientos del cambio contra la realidad del bolsillo. Todo el mundo mira a marzo: Milei también.

Las encuestas

Ahora también miran mucho más ilusionados las encuestas. Una de las consultoras más prestigiosas del país midió la reacción al nuevo gobierno y sus medidas en la última semana (entre el 22 y el 27 de diciembre) y aparecieron datos contundentes: el acompañamiento es pleno. El mapa sentimental muestra que 4 de cada 10 argentinos ahora tiene esperanza. Y más de la mitad siente emociones positivas con lo que está pasando. El desglose del informe muestra que los argentinos -que durante la campaña mostraban mayoritariamente angustia y decepción- pasaron de tener apenas 17,7% de sentimientos positivos en julio a 52,6% en este fin de año. Una oda al cambio.

El presidente, Javier Milei, y su gabinete saludan a la gente desde el balcón de Casa Rosada (Foto: captura TN).
El presidente, Javier Milei, y su gabinete saludan a la gente desde el balcón de Casa Rosada (Foto: captura TN).

El apoyo al plan económico no es abrumador, pero a pesar de todos los anuncios que implicarán un ajuste todavía más fuerte que el que venía haciendo la inflación, el 50,4% dice que va por buen camino. También hay mayorías en la aprobación al DNU, en la liberación de la tarifa de las prepagas, en las pruebas laborales de 8 meses y 6 de cada 10 creen que está cumpliendo con sus promesas electorales. En las medidas antipiquete, la aprobación es todavía más amplia. 50,7% apoyan al Gobierno en su pugna con los movimientos sociales a los que apenas apoya el 20,2% de los encuestados. Seis de cada diez creen que está cumpliendo con sus promesas de campaña.

¿Es una nueva era? ¿O una revolución? ¿O solo estrategia política? Dice Pablo Knopoff, de Isonomía: “Milei no quiere salir del modo campaña porque en el fondo la pregunta es ¿dónde está el poder hoy? En su lógica no quiere tomar el poder sino sacárselo a los políticos y dárselo a la gente”. La perspectiva clásica de los liderazgos políticos diría que su experimento no puede funcionar sin el aval del sistema. Pero por ahora los tiene a todos mareados. “¿Por qué están incómodos los gobernadores, los opositores, los sindicalistas si tienen a un Presidente sin estructura?”. Atrás de la evolución de estas tensiones se esconde el futuro de Milei.

Cúneo Libarona y el DNU

Está en vigencia el Decreto de Necesidad y Urgencia. Anoche Mariano Cúneo Libaron celebraba la tómbola que empata la vigencia del DNU con la feria judicial. Hay una confianza en el Gobierno de que los Tribunales no serán tan agresivos en el verano mientras el Congreso esté abierto discutiendo este decreto. Se abre un período particular con la norma vigente. Cuarenta leyes quedarán derogadas. Algunos ejemplos entre cientos: la ley de alquileres no regirá más. Hay desregulación de la medicina prepaga, una reforma laboral con cambios en las indemnizaciones, el fin de la ley de abastecimiento, la ley de góndolas y el compre argentino. La lista es infinita y con impacto profundo.

Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia de Javier Milei. (Foto: NA)
Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia de Javier Milei. (Foto: NA)

Creen que fue un éxito la instalación de la conversación pública pero todavía no logran poner en marcha el nuevo organigrama del Estado, hay muchísimos secretarías de Estado sin crear y funcionarios sin designar. Mucho cambio sin hacer.

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En tres semanas de Gobierno, hubo tres supermiércoles: el primero tuvo a Luis “Toto” Caputo anunciando las medidas de ajuste para el déficit cero, el segundo fue el anuncio del DNU (después de la marcha piquetera y la aplicación del protocolo), el tercero fue el envío de la ley ómnibus (en un día de movilización de la CGT). A esta hora están estudiando la opción de hacer otro DNU con lo imprescindible si el Congreso no acelera la aprobación. Y ya se está discutiendo un plebiscito, como anunció el Presidente. ¿Piensan avanzar con eso? “Es la opción nuclear. Mejor no usarla, pero si es necesario, la usaremos”.