viernes, abril 26

Por qué conviene activar las semillas antes de consumirlas

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Cómo aprovechar al máximo sus nutrientes

Las semillas tienen un sistema de barrera físico y químico que les permite sobrevivir en ambientes adversos. El problema de estas barreras es que pueden producir digestiones pesadas e impiden aprovechar la riqueza nutricional. Por tal motivo, se deben activar.

Activar semillas es someterlas a condiciones ideales de temperatura y humedad para que pueda germinar y así alcanzar su máximo potencial nutricional. Al mismo tiempo, se facilita su digestión.

El primer paso es lavarla con abundante agua, para eliminar la tierra y cualquier suciedad que pueda contener. Ahora sí, una a una, veremos cómo activar las más usadas a diario.

Chía

Es especialmente rica en ácidos grasos omega 3, que cumple un rol beneficioso para la salud cardiovascular. Para activarlas deben colocarse en un vaso con agua, jugo u otra bebida, revolver con una cuchara y dejarlas entre 15-30 minutos.

Al ponerlas en un medio líquido generan una especie de gelatina, llamada mucílago, que protege la pared intestinal y favorece la motilidad. Por tal motivo, no puede descartarse y debe consumirse junto con la semilla, lo cual puede no resultar agradable para algunas personas. Aún así se pueden hacer numerosas preparaciones a partir de esa gelatina, por ejemplo, yogur, mousse, se puede mezclar con granola, pasas de uva, frutas frescas, mejorando mucho su aceptación.

Otra forma es consumir la semilla triturada con un mortero o molinillo, o bien comprarla ya triturada y conservarla en un ambiente oscuro y fresco. Esto es necesario porque al ser tan chicas no suelen masticarse y pasan inalteradas por el tracto digestivo, sin aprovechar los potenciales beneficios de sus ácidos grasos.

Sésamo

Se destaca por su aporte de calcio, pero, al contener también oxalatos, es importante activarlas, debido a que estos se encargan de “secuestrar” el calcio, disminuyendo su disponibilidad. Para eso, podemos molerlas al momento de consumirlas y tostarlas para darles más sabor.

No necesitan ser remojadas, salvo que se quiera hacer leche vegetal. En este caso, el tiempo de remojo no debe ser superior a las dos horas porque sino la semilla adquiere sabor amargo.

Lino

Es rica en omega 3 y antioxidantes y destaca por su aporte de Vitamina B1 (nutriente clave para el sistema nervioso). Es necesario ponerla en remojo para aprovecharse al máximo y no debe descartarse el agua utilizada, ya que forma mucílago.

También se puede comprar la semilla entera y molerla al momento de consumirla. Si se compran ya molidas, es importante tener en cuenta que como máximo pueden estar seis semanas en la heladera. Luego de ese tiempo, comienzan a enranciarse y dejan de ser aptas para el consumo.

Fuente: La Bioguía