Una reciente revelación sacudió a la realeza de Mónaco: Jacques y Gabriella, los hijos gemelos del príncipe fueron concebidos mediante fertilización in vitro, según confesó una fuente cercana al palacio.

La boda de Charlene Wittstock y el príncipe Alberto de Mónaco en 2011 fue vista por muchos como el comienzo de un cuento de hadas. Sin embargo, trece años después, nuevos detalles han salido a la luz que cuestionan la autenticidad de este matrimonio real, con una revelación que ha generado gran controversia en Mónaco y el mundo: los gemelos Jacques y Gabriella Grimaldi, hijos de la pareja, no fueron concebidos de manera natural, sino mediante fertilización in vitro.

Desde el inicio, la relación entre Charlene y Alberto ha estado envuelta en rumores y especulaciones. Se habló de intentos de huida por parte de Charlene antes de la boda, de una luna de miel donde nunca compartieron cama, y de una aparente distancia emocional que ha sido motivo de chismes en los círculos de la alta sociedad europea.

Una fuente cercana al palacio, Christa Mayrhofer-Dukor, prima de Charlene, reveló recientemente que la presión para asegurar la línea sucesoria del trono monegasco llevó a la pareja a buscar ayuda médica tras un aborto espontáneo sufrido por Charlene. La revelación de que Jacques y Gabriella fueron concebidos mediante fertilización in vitro no solo ha sorprendido al público, sino que también ha reavivado las teorías sobre la supuesta falta de intimidad entre los príncipes.

El contrato nupcial que unió a la pareja incluía una cláusula estricta relacionada con la procreación, un deber real que, según Mayrhofer-Dukor, sumió a Charlene en una profunda tristeza al enfrentar dificultades para concebir. La pareja, temiendo no poder cumplir con esta obligación, recurrió a la ciencia médica, lo que ha sido visto por algunos como un intento desesperado de mantener la apariencia de un matrimonio sólido y cumplir con las expectativas reales.

Estas revelaciones han generado un intenso debate sobre la vida privada de la realeza y han puesto bajo la lupa la verdadera naturaleza del vínculo entre Charlene y Alberto, un matrimonio que, según las últimas informaciones, está lejos de ser el cuento de hadas que alguna vez se presentó al mundo.