Las personas afectadas, incluyendo a Nicolás Pino, fueron trasladadas al Hospital Fernández para su observación.

Este jueves se dieron a conocer las imágenes de las cámaras de seguridad que capturaron el momento en que la secretaria de Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), abrió un paquete que escondía un explosivo. El envío estaba dirigido a Pino, pero fue Pamela Sousa quien lo manipuló, desatando una pequeña explosión tras la aparición de un humo negro. El video revela cómo tres personas quedaron conmocionadas por el estallido, que generó una rápida llamarada antes de apagarse, dejando una nube de humo en la oficina.

La Justicia, a cargo del juez Daniel Rafecas, inició una investigación para determinar la procedencia del paquete, que fue enviado a través de una empresa de logística. En la etiqueta del envío, la única información visible sobre el remitente es la letra “M”, mientras que el resto de los datos quedó destruido. El paquete, de pequeñas dimensiones y medio kilo de peso, también contaba con un número de seguimiento de 15 dígitos, lo que podría ayudar en la investigación.

La Sociedad Rural emitió un comunicado donde subrayaron la gravedad del hecho, afirmando que el ataque “pudo haber sido gravísimo”. La entidad exigió que las autoridades investiguen el caso con celeridad para evitar que incidentes de esta naturaleza vuelvan a ocurrir en el país. En una declaración anterior, la SRA afirmó que el ataque fue un intento de “atentar contra la vida de Nicolás Pino”, describiendo el dispositivo como un explosivo casero.

Las personas afectadas por la explosión, incluyendo a Pino, fueron trasladadas al Hospital Fernández para observación, siguiendo los protocolos toxicológicos. Aunque todos están fuera de peligro, los estudios continúan para descartar la presencia de sustancias tóxicas en el artefacto explosivo.

El envío del paquete comenzó dos días antes de la explosión y, el mismo día del atentado, llegó otra encomienda dirigida al vicepresidente de la SRA, Marcos Pereda. Aunque este segundo paquete contenía solo un decodificador, la Policía de la Ciudad lo detonó como parte del protocolo de seguridad.