La masividad del mismo no escapa a ninguna clase social, venezolanos desde los estratos sociales mas altos hasta los mas bajos han tomado la dura decisión de abandonar su país. Sin embargo, la diferencia radica en los recursos que disponen para ejecutar tamaña decisión: mientras los sectores medios-altos pudieron acceder a un ticket de avión para emigrar hacia otros países en el sur o el norte de América u otros continentes, quienes poseen menos recursos deben optar por alternativas mas arriesgadas y peligrosas. Cientos de miles de venezolanos cruzan las fronteras terrestres a pie hacia Brasil y Colombia, otros -rememorando a quienes huyen de cuba hacia Estados Unidos- tomaron la peligrosa decisión de escapar en bote hacia Trinidad y Tobago: una pequeña isla en el Caribe cuya distancia de Venezuela no excede los 200 kilómetros entre costas.
Este fue el caso de 16 niños venezolanos, entre ellos un bebe de cuatro meses, a quienes se les rechazo el ingreso al país y fueron deportados en botes precarios por las autoridades, que además los separaron de sus padres. El grupo está desaparecido en altamar.
Según la periodista venezolana Beatriz Adrián, la ex líder adjunta del Movimiento Nacional del Pueblo, el partido gobernante del país, dijo que la deportación tuvo lugar en la zona de Peñeros “y en medio de una tormenta”. Agregó que “muchos (niños) fueron deportados sin sus padres y las embarcaciones podrían haberse quedado sin combustible en altamar”.
El padre de uno de los niños dijo a la AFP que vive en Trinidad y Tobago desde hace dos años y que enviaba dinero a Venezuela para ayudar a su esposa a cuidar a sus cuatro hijos. “Cada día es más crítico y difícil para ellos sobrevivir, así que le dije a mi esposa que viniera aquí con nuestra hija mayor”, contó.
La deportación generó fuertes críticas por parte de la oposición venezolana. El representante del gobierno interino de Juan Guaidó ante la OEA para la crisis de migrantes y refugiados, David Smolansky, calificó de atrocidad la decisión de las autoridades y remarcó que “un juez de la Corte Suprema ordenó a la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago que devuelva a la isla a los niños”.
“Desde ayer desconocemos el paradero de estos 16 niños. No tienen mucho alimento ni combustible en los peñeros”, agregó. El funcionario explicó que “la deportación tuvo lugar al mediodía del domingo, cuando el grupo salió en bote desde Cedros, en Trinidad”.
Un juez de la Corte Suprema ordenó a la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago que devuelva a la isla a los niños venezolanos que fueron deportados.
— David Smolansky (@dsmolansky) November 23, 2020
Desde ayer desconocemos el paradero de estos 16 niños. No tienen mucho alimentos ni combustible en los peñeros#DóndeEstánLos16
En paralelo, el canciller del gobierno interino, Julio Borges, pidió a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que intercedan ante las autoridades de Trinidad y Tobago.
Rechazamos la deportación de 16 niños venezolanos por parte de Trinidad y Tobago, es un acto que no solo viola la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, sino todos los mecanismos internacionales que protegen la niñez.
— Julio Borges (@JulioBorges) November 23, 2020
“Instamos a Acnur y la OIM a interceder ante esta situación. Es un hecho cruel, que no refleja un espíritu de hermandad que tuvimos los venezolanos con todos los que llegaron a nuestra tierra en el siglo pasado”, escribió en Twitter. Distintos miembros de la Asamblea Nacional se hicieron eco de las denuncias y demandaron la aparición con vida del grupo.
Los niños fueron deportados el domingo, horas antes de la reanudación de la audiencia judicial en la que se solicitaba su permanencia en el país, dijo a la AFP la abogada Nafeesa Mohammed, quien pidió investigar el caso y exigió al gobierno de Keith Rowley reconsiderar el manejo de la crisis migratoria vinculada con la llegada de venezolanos.
El gobierno de Nicolás Maduro no ha hecho declaraciones.