Inflación insólita:el precio de una pizza grande aumentó200% en dos años y ya es igual a la factura de luz de una familia tipo

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Según un estudio de mercado el precio promedio de una de las comidas típicas porteñas es de casi $1.100. La inflación y el congelamiento de las tarifas generan distorsiones

La pizza de muzzarella, un clásico y una de las más pedidas de la casa

La pizza de muzzarella, un clásico y una de las más pedidas de la casa

Un informe del mercado gastronómico de la Ciudad de Buenos Aires reveló que el precio de una pizza grande de muzzarella supera los $1.000 en promedio, y que su costo aumentó un 143% en los últimos dos años.

El relevamiento fue realizado por el equipo económico del partido Integrar, liderado por el ex legislador porteño, Daniel Amoroso, y arrojó resultados alarmantes de uno de los alimentos más consumidos por los porteños y emblema de la ciudad.

La investigación fue realizada sobre el mismo producto -una pizza grande de muzzarella- en 11 barrios porteños (Boedo, Caballito, Devoto, Recoleta, San Nicolás, Palermo, Belgrano, Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza y Núñez) entre 80 comercios diferentes. Las disparidades son tales que, por ejemplo, en un barrio como Saavedra la brecha tarifaria de la pizza más barata con la más cara relevada supera el 200% entre dos locales que se encuentran a tan solo trece cuadras de distancia.

““Una pizza de muzzarella vale lo mismo que un mes del servicio de luz de una casa de una familia tipo en Saavedra y se necesitan poder comprar al menos 30 pizzas por mes para no ser indigente, algo claramente no anda bien” (Daniel Amoroso)

Según el informe, que se realizó entre el 4 y el 8 de abril de forma telefónica, el precio promedio de la pizza grande de muzzarella de 8 porciones entre los 80 comercios consultados es de $1.085,75 pesos, un 143 por ciento más que el valor que se obtuvo en julio de 2020, donde fue de $445.

La grande de muzzarella es un clásico de la Ciudad de Buenos Aires. (Maximiliano Luna)

La grande de muzzarella es un clásico de la Ciudad de Buenos Aires. (Maximiliano Luna)

“Este trabajo buscamos hacerlo todos los años para tener un pulso real de los precios y estar en contacto permanente con los comerciantes para saber dónde están sus principales dificultades -dijo Amoroso al analizar los resultados-, visitamos más de 80 comercios y vemos una importante distorsión, no existen referencias de precios y es difícil determinar qué es caro y barato, en poco menos de dos años la pizza de muzzarella más que duplicó su valor”.

Según el ex legislador porteño,la escalada de precios se debe al aumento de costos de toda la cadena de valor de este producto y es un fiel reflejo de la “distorsión de precios” existente. “Una pizza de muzzarella vale lo mismo que un mes del servicio de luz de una casa de una familia tipo en Saavedra y se necesitan poder comprar al menos 30 pizzas por mes para no ser indigente, algo claramente no anda bien”, agregó.

Otro dato destacable es que la pizza más cara relevada fue de $2.200 en el barrio de Coghlan, mientras que la más barata se registró en el barrio de Saavedra por $490.

La docena de facturas también mostró una importante brecha tarifaria

La docena de facturas también mostró una importante brecha tarifaria

Además de estudiar el comportamiento del precio de la pizza de muzzarella en la Ciudad de Buenos Aires, el estudio relevó la situación con el precio de otros dos panificados. Por un lado la docena de facturas, que arrojó un precio promedio de $726,48 y por otra parte, el precio promedio del kilo de pan fue de $352,44.

En casi todos los barrios relevados el precio del kilo de pan ronda entre los 250 y 400 pesos, excepto en barrios como Belgrano y Núñez donde puede llegar hasta $590 y $648 respectivamente. En cuanto a la docena de facturas también se ven diferencias importantes, mientras que en Coghlan ya puede superar los $1.000, en Boedo puede encontrarse por $500.

La aceleración de la inflación no sólo hace las cosas más difíciles para los consumidores debido a la evidente pérdida de referencia tarifaria, sino que genera problemas en los propios comerciantes que no pueden hacer una buena lectura del nivel de consumo que, según fuentes de una empresa proveedora de alimentos, se encuentra en el mismo nivel que en 2002.

F:INFOBAE