Así lo destacó un informe privado, que sostiene que para para poder preparar las 4 comidas diarias se debe invertir el doble que a principios de este año.

La estrepitosa caída del poder adquisitivo de los argentinos en la primera etapa del 2022, se ve reflejada en la canasta diaria de alimentos. La suba en los precios ha generado cambios en los hábitos e incluso la reducción de alguna de las 4 comidas diarias recomendadas.

Una consultora privada hizo un relevamiento en el que sostiene que se debe gastar hasta un 50 por ciento más, para cumplir con las comidas del día. “En diciembre de 2021, comprábamos para el desayuno: pan de molde 320 grs, mermelada de durazno 390 grs, queso crema 480 grs, café molido 50 grs y 1 litro de leche con menos de 1.000 pesos, sin embargo 3 meses después necesitamos para cubrir este desayuno $ 1.410”, detalla el informe.

#Inflacion Diciembre 2021 hace 3 meses llevabas $ 1000 para comprar alimentos para Desayuno y te alcanzaba: $ 937. Hoy vas y necesitas 50 % + = $ 1410. Cruce dato con INDEC que muestra que creció 67,2 % el uso tarjeta de crédito para compra alimentos. Básicamente xq no alcanza pic.twitter.com/QeEBOqNyoH

— Damián Di Pace (@DiPace4) April 28, 2022

Además, advierte que “mientras se intensifica las frecuencias de compra minorista” la cantidad de productos adquiridos con un billete de 1000 pesos cada vez es menor.

Es que la cantidad de unidades que se podían obtener con el papel de mayor denominación del país, se reduce considerablemente a medida que pasan los días, “quizás con ese billete hace solo 3 meses compraba 4 o 5 unidades y hoy no alcanza ni para 2 o 3 de la misma marca y presentación”, resalta la consultora Focus Market.

“En abril, si tomamos el acumulado mensual respecto de la misma semana de marzo, la inflación de alimentos y bebidas sigue estando muy alta, en el 6,5%”, describe el informe.

Y agrega que “en el mismo período observamos una suba de los productos frescos como carne vacuna, pollo y leche por encima del 10 % y una desaceleración en las subas de frutas y verduras que venían escalando fuerte en el primer trimestre del año”, lo que impacta en mayor medida en la población de nivel socio económico más bajo, donde el porcentaje de gastos en alimentos ha crecido fuertemente precarizando su situación.