Soja en su valor más bajo desde 2006: incertidumbre en el mercado cambiario
La reciente caída del precio de la soja, que llegó a su valor más bajo desde 2006 con USD 360,5 por tonelada, plantea un nuevo desafío para la economía argentina, particularmente en lo relacionado con la acumulación de reservas y la recaudación fiscal. Aunque la magnitud del impacto en el mercado cambiario es incierta, la depreciación de la soja podría afectar significativamente el flujo de ingreso de divisas, considerando que aún restan por liquidar aproximadamente USD 10.000 millones de la cosecha, según fuentes del sector.
A pesar de la baja en los precios, los productores no se ven incentivados a vender, ya que se sienten cómodos financieramente y prefieren retener los granos, a menos que se produzca un cambio en las condiciones de liquidación, como una mejora en el tipo de cambio o una reducción en las retenciones, algo que el Gobierno ha rechazado tajantemente. De hecho, la Cámara Aceitera propuso una reducción de 8 puntos en las retenciones para garantizar un ingreso adicional de USD 5.000 millones, pero la propuesta no ha sido considerada por el equipo económico.
El Gobierno, por su parte, mantiene su postura de no modificar el esquema de retenciones, monitoreando de cerca el impacto de los términos de intercambio en la economía, especialmente en las monedas de la región. Mientras tanto, analistas señalan que aunque el volumen de generación de divisas sigue siendo alto, el balance cambiario podría cerrar el año con un déficit de al menos USD 1.200 millones, lo que complica aún más la situación económica y retrasa la posibilidad de levantar el cepo cambiario. La incertidumbre sobre cómo el Gobierno logrará asegurar la entrada de dólares persiste, generando preocupación tanto en el mercado financiero como en la economía real.
