Buena noticia: la vacuna de Oxford tuvo resultados positivos en un ensayo con mil personas

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El objetivo de este primer ensayo con más de mil personas de entre 18 y 55 años era descartar posibles efectos adversos graves, ajustar la dosis y medir la respuesta inmune generada por la vacuna La Universidad de Oxford fue una de las primeras instituciones en anunciar que trabajaba en una vacuna prometedora contra el Covid-19. A medida que pasaron las semanas, desde la institución británica informaron avances concretos y este lunes dieron otra prometedora noticia: la inyección fue probada por primera vez en humanos y, en una prueba que incluyó a mil personas, generó una fuerte respuesta inmune sin provocar efectos adversos graves.

Así lo publicó este lunes la revista médica The Lancet, que explica que en las pruebas, que comenzaron en abril, participaron más de mil voluntarios sanos en Reino Unido.

El objetivo de este primer ensayo con más de mil personas de entre 18 y 55 años era descartar posibles efectos adversos graves, ajustar la dosis y medir la respuesta inmune generada por la vacuna.

La Universidad de Oxford y la farmacéutica británica AstraZeneca ya han comenzado una última prueba con decenas de miles de personas para certificar que la vacuna es efectivamente segura y evita la enfermedad. El proyecto ha iniciado un ensayo con unas 15.000 personas en Reino Unido, pero la actual escasez de infecciones en la región dificulta demostrar que la vacuna protege. Oxford ha anunciado otra prueba con 5.000 voluntarios en Brasil y otra con 2.000 en Sudáfrica.

¿En qué consiste la vacuna?

La vacuna experimental está elaborada a partir de una versión debilitada de un adenovirus del resfriado común de los chimpancés. El virus está modificado genéticamente para impedir su multiplicación y añadir genes con las instrucciones para fabricar solamente las proteínas de la espícula del coronavirus, las protuberancias que le dan su característica forma de maza medieval y que además sirven de llave para entrar en las células humanas.

Estas proteínas ajenas generadas por la vacuna entrenan al sistema inmune y, según muestran los nuevos resultados, provocan la creación de una doble barrera: anticuerpos neutralizantes, que bloquean las partículas extrañas, y linfocitos T, un tipo de glóbulo blanco que destruye las células infectadas. Estas defensas se mantenían casi dos meses después del inicio del estudio.