domingo, mayo 19

El pesimismo electoral potencia la fragmentación:dividido y dominado,el peronismo celebra el 17de octubre

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Nota extraída de TN por Sergio Berensztein

El oficialismo está muy alejado de la máxima planteada por su padre fundador en 1953. El problema es que la unidad sirve de poco si no se logra domar la inflación.

Históricamente, la unidad y la lealtad con las que se referencia el peronismo no han sido la regla sino la excepción. La fragmentación, en cambio, es la mayor de sus tradiciones. Sin embargo, las peleas internas del último tiempo han adquirido un nivel de hostigamiento y beligerancia extremo.

A su vez, el carácter de “dominado” no proviene de un corsé impuesto por otro actor político, sino de un monstruo que ellos mismos han creado: la inflación. La dinámica de los precios es lo que termina definiendo los movimientos de los principales actores y la confrontación entre ellos. Varios en el peronismo entienden que una inflación anual de aproximadamente el 100% los conducirá inevitablemente a una dolorosa derrota en 2023. La oposición ha sido, la mayoría de las veces, un rival fácil de enfrentar para el PJ. Sin embargo, la alta inflación podría ser un rival imbatible: la unidad sirve de poco si no logran domar la inflación.

El pesimismo electoral potencia la fragmentación

Por eso, el peronismo tendrá hoy al menos tres actos diferentes. La CGT hará el suyo en Obras Sanitarias, donde lanzará un espacio político, la “Corriente Político-Sindical Peronista”, con la que apuntan a disputar lugares importantes en las listas. A su vez, las organizaciones nucleadas en “los Cayetanos” (Movimiento Evita, Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie) realizarán un “Cabildo Abierto” en el Club Laferrere de La Matanza. Los movimientos sociales que integran el Frente de Todos también pretenden disputarles espacios en las listas a los intendentes del PJ y lo harán con su propio partido, “Los Comunes”, cuya creación está en trámite. Esto genera malestar no solo entre los intendentes, sino también en La Cámpora, que aspira a pisar fuerte en el conurbano. Por último, el kirchnerismo y el sindicalismo duro (liderado por Pablo Moyano y enfrentado con “los gordos” de la CGT) marcharán a la Plaza de Mayo.

El 17 de octubre se conmemora el Día de la Lealtad peronista.
El 17 de octubre se conmemora el Día de la Lealtad peronista.

Alberto Fernández no participará en ninguno de estos actos, o quizás lo más preciso sea decir que el presidente no estuvo invitado a ninguno de ellos, lo cual pone de manifiesto el aislamiento que experimenta. Al parecer pocos recuerdan que Alberto Fernández no solamente es el presidente de la Nación, sino también el presidente del Partido, un cargo meramente decorativo.

Acotar la dinámica de división requiere, entre otras cosas, presentar un horizonte de triunfo electoral (como sucedió en 2019, cuando la eventual victoria sirvió para aglutinar al peronismo) o repartir recursos entre los socios (lo cual implicaría un aumento del gasto público). El gobierno hoy no puede ofrecer ninguna de estas opciones: la aceleración de los precios deteriora enormemente la competitividad electoral y Sergio Massa está intentando acotar la financiación monetaria del déficit para precisamente reducir la inflación. El costo de este proceso es la división del peronismo.

Las divisiones siempre pueden salvarse con las lógicas que implica la organización partidaria, que incluye disciplina, reglas preestablecidas y mecanismos para la selección de líderes y candidatos. Sin embargo, el peronismo ha optado por no erigirse como un partido, sino transformarse en un movimiento, lo cual es más caro. El movimentismo otorga dinamismo y flexibilidad, las cuales han caracterizado al peronismo, pero contiene en su seno mayores incentivos para la ruptura.

El peronismo termina siendo una identidad y una cultura política más que un partido, pero que se referenció históricamente en el triunfo. Este fuerte vínculo con la victoria en las urnas se ha ido perdiendo: entre el 2009 y 2021 perdieron cinco de siete elecciones, aunque demostrando una gran capacidad de subsistencia y reconversión. El gran drama es ahora el temor a una derrota humillante. Por eso algunos ya piensan en cómo podría ser una nueva mutación post 2023.