Por la devaluación, argentinos montaron estaciones de servicios “clandestinas” para vender combustible barato a los brasileros

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La insólita situación ocurre en Misiones: en Barroco, del lado brasilero, la nafta ronda los 200 pesos, un 80% más que en Bernardo de Irigoyen, Argentina

La diferente situación económica en la que se encuentran Argentina y Brasil hace las realidades de ciudades fronterizas puedan ser diametralmente distintas pese a estar separadas por un rió o incluso una avenida.

Esta situación ocurre en a localidad misionera de Bernardo de Irigoyen donde la devaluación del peso, sumado al congelamiento en el precio de la energía, llevó a muchas habitantes del pueblo a ingeniárselas para hacer de esto un negocio: montaron estaciones de servicios “clandestinas” donde les venden a los brasileros vecina nafta a un precio mucho más accesible al que podrían conseguir en su país.

Aprovechando que ambas ciudades están separadas por una frontera seca, esto es, una avenida que oficia de límite internacional, los argentinos llevan sus bidones y esperan sobre la vereda para que los habitantes del país vecino se acerquen con sus autos a hacerse con algo de ese combustible “made in Argentina”.

Hasta el momento el negocio es rentable, según informa Clarín, los contrabandistas obtienen entre 40 y 50 pesos por litro de nafta, por lo que en una tarde pueden hacerse de 4 mil pesos, un ingreso superior al de un empleo formal en esa ciudad.

El mismo diario informa que el mayor contrabando se da a la altura del barrio Provincias Unidas, y los vendedores ilegales permanecen sobre el boulevard hasta que logran comercializar todo el stock.

En Irigoyen está habilitado el paso internacional y diariamente son cientos los automovilistas que cruzan para cargar combustible y comprar mercaderías en supermercados. Pero las naftas que se venden ilegalmente están destinadas a aquellos brasileños que no tienen contratado el seguro internacional para sus vehículos.

La ciudad que limita con Irigoyen es Barraco, done el litro de combustible ronda los 200 pesos. En las estaciones de servicio de Bernardo de Irigoyen es habitual ver largas filas de vehículos esperando poder llenar los tanques. En esa ciudad también se aplica un cupo de sólo quince litros para los autos extranjeros.

Hasta el momento, ni las fuerzas de seguridad ni el estado han tomado medidas al respecto y dejan florecer el comercio ilegal de combustibles

f:Nexofin