Luego del testimonio de Shakira en PPT el pasado domingo, y de las declaraciones de Patricia Jaldín, se anima a denunciar públicamente a la líder de la Tupac Amaru una testigo clave del manejo de fondos públicos por parte de la dirigente piquetera. Rocío Castrillo es una joven de 22 años que vivió durante ocho en el Barrio Alto Comedero, construido en un sector por la organización, conocido como “El Cantri”.

El domingo pasado, en una entrevista exclusiva con el periodista Jorge Lanata para PPT, Mirta “Shakira” Guerrero, una ex colaboradora de Milagro Sala en la agrupación Tupac Amaru, detalló los viajes al exterior que hacía la líder piquetera en primera clase y con viáticos que venían de fondos públicos.

Pero el testimonio de Shakira no quedó en una simple entrevista, el martes pasado la exmano derecha de Sala formuló importantes revelaciones ante la justicia federal en el marco de una causa por lavado de activos, al acogerse a la figura del “arrepentido” o imputado delator.

La protagonista aportó datos al fiscal Diego Funes sobre una decena de propiedades en Jujuy y otras Capital Federal, una flota de vehículos a nombre de familiares de Sala y personas de su entorno que oficiaron de posibles testaferros. Además, hizo revelaciones sobre rutas de presunta exteriorización (lavado) de fondos ilegales por parte de Sala y su entorno.

Por otra parte, ayer en una entrevista con la web Infobae, la docente Patricia Jaldín, que fue colaboradora de la líder de la Tupac Amaru confiesa haber participado de maniobras con dinero público: “Salía de la casa de Milagro y cambiábamos pesos por dólares en un hotel de Buenos Aires”, admite

Jaldín reconoció el mismo modus operandi que ya había denunciado “Shakira”; reconoció que la líder de Tupac Amaru supo tener “más poder que el gobernador”

“De acá [Jujuy] salía efectivo en pesos y en Buenos Aires se cambiaba. En la casa de Milagro había pesos. Y había dólares a parte, pero no conozco qué cantidad”, agregó. En cuanto al origen del dinero que había en el domicilio de Sala, explicó que provenía de “Provincia y de Nación, por las obras asignadas a distintas cooperativas de la Tupac en el interior y de la capital”.

Nueva arrepentida

Milagro Sala está cada vez más complicada en la causa que la justicia jujeña la investiga, junto con su familia y colaboradores. Ahora, quien se anima a declarar públicamente es otra joven colaboradora: Rocío Castrillo

La joven de 22 años que vivió durante ocho en el Barrio Alto Comedero, construido en un sector por la organización conocido como “El Cantri”, contó que la Tupac Amaru le pagaba $700 en mano por sacar buenas notas en la escuela de la organización. Detalló cómo era el famoso “Día de pago”, una vez por mes en la que pasaba a cobrar gente de toda la provincia por un galpón de la Tupac, en el que se llenaban largas mesas con plata.

“A mí me pagaban cuando me sacaba buenas notas en la escuela Bartolina Sisa”, recuerda. “En ese momento nos daban $700 a quienes tuviéramos notas más altas. En esa época era mucho. Además, nos daban un bolsón de alimentos”, explica.

Sin embargo, esto no era lo que le llamaba su atención. A partir de esa beca de $700, la entonces niña tenía que ir una vez por mes a la sede de la Tupac Amaru, en el centro de San Salvador, a cobrar ese dinero. “Había un día de pago donde se movía a gente de todo Jujuy hasta un galpón (de la Tupac), para cobrar sus sueldos”, detalla Rocío.

“Llegaban bolsos con plata de los autos de Milagro Sala para pagarle a la gente de la Tupac Amaru”, revela Castrillo, en relación al origen del dinero que recibían esas miles de personas.

Ya Patricia Jaldín, una de las tesoreras de Sala, entre 2010 y 2015, había relatado la existencia de “cajas en mesas, con el bolso de plata al lado” y  “cómo sacaban la plata de ahí para pagar sueldos y becas. La gente hacía largas filas y, de a poco, iban pasando a cobrar”.  Temas relacionados: