Las lágrimas son una de las formas más poderosas de mostrar nuestros sentimientos más extremos. Sin embargo, no parece haber ninguna razón científica que explique el vínculo entre el llanto y los sentimientos.
Biológicamente hablando, existen tres tipos de lágrimas: basales, reflejas y emocionales. Las primeras son las responsables de mantener nuestros ojos limpios y en perfecta disposición para ver. Su presencia es constante, aunque nunca la notamos.
Las reflejas son aquellas que surgen como reacción a algún componente externo, como por ejemplo las que derramamos al pelar una cebolla. Por último, las emocionales son aquellas vinculadas a nuestros sentimientos. Mientras las dos primeras tienen una explicación fisiológica, estas últimas suponen todavía hoy un misterio, tanto en lo que respecta a su origen como a su función.
No nacemos con el llanto emocional, se va desarrollando con el tiempo. Nacemos con llanto basal, no nacemos con llanto reflejo pero se desarrolla en los primeros meses de vida. Y con el tiempo es cuando se desarrolla el emocional.
Fuente: Salud 360