domingo, octubre 6

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Marcos 10,46-52

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.»
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.»
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Mc 10, 46-52:

💫Bartimeo

1) Mendigo-ciego:

Puede que estés buscando que otro te resuelva la vida, que otros te den soluciones, que otros te sacien ante tus necesidades, pero se suma el estar ciego. Cuando uno está ciego y necesitado está “vulnerable”, porque se deja usar y se deja llevar. Por eso hoy pedí a Jesús que te sane y que te devuelva la capacidad de poder ver en tu vida y a tu vida y saberte satisfecho desde vos y desde Dios, sabiendo que tu vida no depende de nadie, solo de Dios y de vos.

2) Reprendían:

Siempre habrá gente a quien no le guste lo que haces y mucho menos que enfrentes cosas por tu vivir, pero es parte del sacrificio de volver a ver. No dejes de jugarte por reencontrarte y volver a vivir tu vida. No hay nada más triste que no intentes y que no sigas esforzándote. Mientras tengas un corazón que late, hay gente que va a tratar de ayudarte a que sigas intentando. Vos tenés que seguir intentando y te la tenés que seguir jugando.

3) Que pueda ver:

Pedí a Jesús salir de esa vulnerabilidad que te hizo creer que tu vida depende de otro. Que te ayude a ver las cosas que podés dar con tu vida y lo que podés hacer desde tu vida. Pedile a Dios que te ayude a encontrar lo que te hace saberte vivo y sin estar dependiendo de lo que otros te dan para tu vivir. Recordá que la vida pasa por enfrentarla y no por esconderte, por decidirte y no por esperar en otros, por equivocarte y no porque seas el triunfo de otros. Algo bueno está por venir.